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De una torpeza… criminal

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Fecha Publicación: 28/07/2020 - 21:00
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La muerte no se soluciona ni se compensa con un perdón y menos ofrecido desde la comodidad de Palacio de Gobierno. Con justa razón no fue aceptado por la señora Capira. Vizcarra ha pasado de la absoluta soberbia de no reconocer errores a pedir disculpas por todo lo que hace mal, cree que con ello fácilmente puede cerrar los capítulos nefastos de esta terrible tragedia. Señor Vizcarra, cuando hay vidas humanas en juego no se pueden cometer tantos errores, con el agravante que las fallas y desaciertos son permanentemente destacados por las voces valientes que aún conserva el Perú, pero que usted ha preferido ignorar o apabullar con su maquinaria mediática.

Nada más irónico que luego de culpar a los gobiernos corruptos que le precedieron del deplorable estado de nuestro sistema de salud, designe como primer ministro a un gran colaborador del régimen humalista. Profunda incoherencia en esta incomprensible acumulación de equilibrios precarios que Vizcarra busca para lograr sobrevivir.

Bien decía Voltaire: “La razón es aquello que los seres humanos aceptan cuando están tranquilos”, lamentablemente la serenidad es un bien escaso en este gobierno, arrastran demasiados pasivos.

En este escenario de yerros y gazapos, es absolutamente inaceptable que el ex ministro Zeballos atribuya la demora en la entrega del oxígeno donado por Southern, a trabas (no trámites) administrativos del Minsa. Sí, inaceptable, pero no increíble. Vicente Zeballos es un hombre al que ese puesto le quedaba inmenso desde que fue designado ese nefasto 30 de septiembre pero si Vizcarra hubiera tenido algún criterio, lo hubiera cambiado apenas se inició la pandemia, era visiblemente incompetente. El PM no tiene cartera porque es un gran director de orquesta: debe tener don de mando, actuar rápido en un contexto de crisis y acortar caminos cuando es obligatorio lograr resultados.

Las trabas burocráticas no son una excusa, me indigna el solo escucharlo. Frente a una emergencia nacional de esta magnitud, el Gobierno maneja todas las herramientas para hacer efectivas sus decisiones en 24 horas. ¿Tiene la capacidad de dar decretos de urgencia para confinarnos, para ordenar toques de queda, para paralizar al país, para conculcar libertades y no pueden agilizar una donación? Tan pronto olvidaron el sinnúmero de muertes ocurridas en Iquitos, en los meses de abril y mayo por la falta de oxígeno. Sobrevivieron muchos gracias a la donación de una planta adquirida por la iglesia en virtud a la solidaridad privada, y a una generosa contribución de la empresa Buenaventura.

Zeballos es un hombre obnubilado y consumido por su ideología. La gente de Izquierda quiere que la empresa privada sea siempre el sujeto ruin y codicioso que los “fortalece” como abanderados de los desprotegidos. Ese fundamentalismo ha cobrado vidas de muchos peruanos y no solo en Arequipa, el país entero ha estado a merced de esta nefasta represión mental. Todas las autoridades tienen que enfrentar su responsabilidad: no más cuentos y subterfugios.

Parece imposible que la amalgama de maldad y necedad humana pueda ir tan lejos. La enfermedad es el epítome del hombre, lo mejor y lo peor se disparan con ella.