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¿De derecha?

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Fecha Publicación: 11/07/2022 - 22:20
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En el Perú todo se toma como insulto. Te dicen “derechista”, reclamas: “No, señor, soy de centroderecha”. Nada más parecido al fútbol que el esquema de ubicaciones. Nadie se confiesa de derecha porque suena a radicalismo conservador y porque la izquierda, que sí se confiesa de izquierda, llama “derecha” a lo que atribuye como rancio o elitista. Nadie quiere ganarse odios. Agustín Laje habla de “derecha popular” para quitar el lastre de asociarla a las viejas aristocracias.

Se asume que ser de derecha es ser conservador, pero nadie quiere ser conservador en un país que debe cambiarlo todo. Sin embargo, ser conservador en el Perú es lo contrario de lo que se cree, es ser mercantilista y patrimonialista, como casi todos los gobiernos de centro e izquierda que nos gobernaron. Lo fue el primer gobierno de García, lo fue el de Toledo, el de PPK, Humala y Castillo. El conservador conserva lo que hay y lo que hay es eso. El patrimonialismo hace creer al gobernante que el Estado es su patrimonio. Pedro Castillo es un conservador porque sigue las pautas. El mercantilismo es favorecer a unos, intervenir la economía, normalizar el lobby. Vista la historia, ser conservador no es lo mismo que ser de derecha.

El jaque del progresismo es haber introducido temas que han logrado que muchos liberales se corran a la derecha, pero se niegan a admitirlo porque no suena bien. La derecha no tiene que ser oligárquica (aunque sí meritocrática) ni racista ni clasista. Debe ser popular para enraizarse. Uno de los problemas del liberalismo moderno es que, si antes el debate se centraba en la economía, al devenir en debate moral, el aborto, la ideología de género, el feminismo radical, la deformación ideológica del lenguaje, el matrimonio gay o el imperio de lo políticamente correcto movieron el piso del credo personal. ¿No seré más bien un derechista y no un liberal? Para no ser atrapado en las arenas movedizas del progresismo o ser un liberal incoherente, valía correrse a la derecha.

En ese punto de inflexión, muchos derechistas conservaron su liberalismo económico, pero bajo la garantía de una institucionalidad sólida desde la familia, la idea de Nación y la defensa de la vida. ¿Y por qué avergonzarse cuando se es de derecha? Di: “Soy de derecha ¿Y?”. ¿De qué sirve el clóset? Claridad y definición en la profesión de fe política es lo que necesitamos.

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