¿Cuál es el miedo a declararse de derecha y ser una férrea oposición?

Salvo los beneficiarios del amiguismo y clientelismo que ha instaurado Perú Libre, que están robando con la venia del poder, no hay explicación para que los peruanos de a pie apoyen a este gobierno que los ha pauperizado. Los países no se vuelven pobres de la noche a la mañana, la degradación es paulatina, cada día que pasa estamos peor y tenemos que tolerar a un Pedro Castillo que vive del populismo y la victimización. No puede seguir proclamando inocencia cuando todo su entorno podrido lo señala con el dedo acusador.

Y no pierde la capacidad de sorprendernos. Es trágicamente risible que sostenga que el Mindef, a través del personal del Ejército, va a concluir todos los contratos suscritos con los ministerios que se encuentren atrasados o paralizados. Ni siquiera pueden comprar urea y van a poder concluir obras de infraestructura que requieren de mucha especialización.

A más inri, el Congreso -que más parece el gran enemigo del país, ha aprobado una norma que le permitiría al Estado contratar directamente con un proveedor designado a dedo, en el caso de que un contrato por obra pública se anule como consecuencia de un laudo arbitral. No solo viola abiertamente la Constitución, sino que temerariamente abre esa posibilidad, a sabiendas que tenemos una red criminal en el gobierno. ¿Pretenden darle un velo de legalidad a las fechorías del Ejecutivo que, a su turno, ha prorrogado el estado de emergencia sanitaria para tener la cancha libre en el sector salud con la nueva ministra Portalatino? ¿En qué estaban pensando?

Nuestro escenario político está lleno de tibios y vendidos como si la defensa del país no fuese razón suficiente para tomar riesgos. El diálogo no funciona con este gobierno, los acuerdos son impensables. La única forma de sacar a Castillo y su red criminal es con una oposición unida, valiente y honesta. Cualquier esfuerzo aislado no le hace ni cosquillas.

Óscar Rivera, conocido dirigente gremial, ha tenido la valentía de hacer una autocrítica (El Comercio 30/10/2022): “Al sector empresarial le ha faltado elevar la voz de protesta contra el gobierno. Con un comunicado firmado en las páginas de un periódico no se gana nada, hay mejores formas de comunicarlo”. Discrepo parcialmente, no basta la comunicación, hay que tomar acción. Hay que convencer, hay que hacer el trabajo de Willax y Expreso en forma exponencial, hay que derrotar el MIEDO A SER DE OPOSICIÓN y las supuestas represalias. Declararse de centroderecha cuando no solo se cree sino se vive del capitalismo es de hipócritas. A los extremistas hay que combatirlos con la misma vara y no con ideologías pendulares.

¿A qué se teme? Cuando la Izquierda está en el poder siempre busca satanizar a la oposición, la cataloga de antidemócrata, de fascista y todo tipo de calificativos con intención denigratoria; utiliza todos los medios de desinformación posibles. Este proceso de concientización mitológica rinde frutos, pues se llega a creer que todos son de izquierda, excepto los privilegiados a quienes, en muchísimos casos, les conviene más servirse de la izquierda que combatirla. En el Perú pasa y no se debe permitir.

Existe toda esa falsa leyenda que la derecha es intolerante, autoritaria, castiga con violencia y severidad y no con diálogo y reinserción cuando la realidad nos demuestra todo lo contrario. Los grandes dictadores latinoamericanos son de izquierda. La represión y el pensamiento único viene de la izquierda. Hace más de quince meses jugamos con fuego, tenemos que reaccionar. La marcha del 5 de noviembre no es una opción, es una obligación democrática.

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