Con el hambre no se juega…con las leyes tampoco
¿Para qué necesita este desastroso gobierno una nueva Constitución si no están en capacidad de respetar las principales instituciones que garantizan la democracia? Castillo burlándose de la vacancia: “Yo le llamo la vagancia porque eso solamente piensan los vagos”.
O una desesperada Mirtha Vásquez que llamó golpista y obstruccionista al Congreso por aprobar la ley que precisó la Cuestión de Confianza, secundada por alguna prensa indignada cuyo mal pagado personal suele caer en tentaciones, y por un amenazante tuitero Cerrón que la califica como un anticipado golpe de Estado parlamentario.
Penosas opiniones que solo se explican por las calidades personales y profesionales de los emisores. Esta ley es un triunfo para la democracia. Tan simple como que las cuestiones de confianza no se hagan sobre temas exclusivos y excluyentes del Congreso de la República.
Indispensable para un legítimo ejercicio de control político y una reivindicación para nuestro Estado de derecho mancillado por el funesto Vizcarra que nunca comprendió que la ley está por encima de los gobernantes, avalado por un genuflexo Tribunal Constitucional y por un grupo de seudo expertos acostumbrados a formular opiniones a solicitud del cliente.
En una democracia, la independencia de poderes no puede ser una aspiración, ergo, una burocracia que no ha sido designada por elección popular no le puede imponer una agenda al Parlamento. Si no lo entienden y aceptan deberían irse a su casa.
Al margen del modelo económico, al que quieren esculpir en absoluta sintonía con sus apetitos estatistas y totalitarios, estas advenedizas autoridades le tienen un absoluto desprecio a la ciudadanía, a los treinta años de crecimiento, a los miles de emprendedores que luchan contra la falta de competitividad, la sobrerregulación y la carencia de infraestructura, intentando sobrevivir en esta jungla en la que se ha convertido el país. ¿Inaceptable que un flete Lima - Pucallpa, sea más costoso y riesgoso que exportar productos a la China? Sí, pero es la realidad con la que los motores de la economía tienen que convivir.
Dicho esto, resulta obvio que Francke nos sigue engañando. La recuperación económica no puede estar en marcha, si un 71% de ciudadanos admiten que sus ingresos no les alcanzan para comprar alimentos y consideran que la crisis económica es el principal problema del Perú, más allá de la corrupción y la seguridad ciudadana. ¡Gravísimo! Estamos en un hoyo.
Si satisfacer las necesidades básicas es la mayor preocupación de los peruanos, les da lo mismo los Dinámicos del Centro o que todos los GOREs estén implicados en casos de corrupción. Quieren comer, priorizan la supervivencia, el gobierno lo sabe y compra su apoyo con nuevos bonos y subsidios, absolutamente insuficientes, por cierto.
Confío en que no le darán facultades en materia tributaria al Ejecutivo. ¿Están desesperados por generar mayores ingresos? Ninguna nueva norma lo va a lograr. Si suben las tasas solo generarán más informalidad y SÍ afectarán la competitividad. Sunat tiene que hacer algún esfuerzo y ampliar la base imponible.
Que empiecen fiscalizando a Castillo y a sus ministros o ¿ya adquirieron la condición de intocables? Es muy fácil pedir información a los bancos sobre los formales y año tras año hacer los mismos reparos, sabiendo que algo recibirán, a cambio que les cierren la fiscalización. El modus operandi de la Administración Tributaria es nefasto, corresponde priorizar su reorganización.
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