Comprenderme bien a mí, para llevarme bien contigo

En las relaciones interpersonales en algunas ocasiones nos sentamos ante otra persona, ya sea nuestra pareja, nuestro hijo, nuestro amigo o nuestro compañero de trabajo, nos vinculamos a través de un prejuicio interno por los vestigios de malos recuerdos, podemos soltarlo y dejar de responder al papel que se supone que debemos interpretar, centrándonos en quien queremos ser para esa persona, si ante nuestra pareja repetimos siempre el mismo rol, probablemente las huellas de experiencias y conflictos anteriores, de etiquetas y las suposiciones que se fraguan en la convivencia, nos volverá a pasar lo mismo del pasado.

¿Por qué nos ocurre esto? ¿Por qué ciertas relaciones nos resultan tan difíciles? ¿Cuál es la razón por la que en ellas el diálogo y el vínculo son una tarea pesada en vez de un lugar de autodescubrimiento y de crecimiento mutuos? No hay una respuesta fácil ni sencilla; quizás podamos descubrir detrás de estas relaciones difíciles nuestra tendencia a reaccionar de forma inmediata, sin darnos el tiempo de reconocer en nosotros lo que nos desequilibra y nuestra propia reacción. Existe también la posibilidad de que en este tipo de relaciones afloren en nosotros de manera inconsciente viejas heridas del pasado, al evaluar esta situación como similar a la que las originó.

Cuando nos entrenamos en reconocer nuestros sentimientos y filtros mentales, podemos comprender lo que es nuestro y lo que es del otro en la relación. Dejamos de proyectar en él nuestras sombras porque hemos perdido el miedo a hacernos cargo de ellas. Podríamos sustituir la reacción inconsciente y automática por respuestas conscientes.

El mindfulness interpersonal supone ser conscientes de nuestro estado de presencia, sintonía y resonancia. Cuando estamos presentes podemos comprender claramente qué es nuestro y qué es del otro en cada relación concreta. La sintonía surge cuando desde la presencia nos abrimos sin miedo al mundo del otro con comprensión y empatía, sin sentirnos amenazados por la diferencia, con mente de principiante desprovista de prejuicios, expectativas o suposiciones.

En este tipo de relaciones, si nuestras sensaciones corporales nos pasan desapercibidas porque vamos en “automático”, no ponemos nombre a nuestras emociones y tendemos a pensar que el otro “nos las provoca”; nuestros pensamientos discurren entonces en un bucle interno de descalificación, malestar o enfado.

Muy probablemente habremos arruinado nuestro día impregnándolo de un malestar difuso producto de la desatención en esa relación “difícil”. Por el contrario, si permanecemos presentes y centrados, sabemos cómo nos sentimos, qué ocurre en nuestro cuerpo a medida que vamos viviendo, aprendemos a reconocer nuestras reacciones en el momento en el que surgen y vamos aprendiendo a reemplazar la inconciencia por el “darnos cuenta”.

La relación de pareja basada en la idea de la media naranja está destinada al fracaso. El reparto de roles estereotipados está caduco. Ya sabemos que vivir “por y para el otro” desde la dependencia y la carencia no es amor, aunque algunas canciones sigan insistiendo en el mensaje de “sin ti no soy nada” y “me muero por ti”.

Las relaciones basadas en las luchas de poder, en el control, el dominio, la sumisión, la posesividad y los celos se deterioran pronto. El amor sólo perdura en la tierra fértil del respeto y la libertad, donde cada uno tiene su propio espacio y ambos danzan al ritmo del acercamiento y la distancia, moviéndose de la fusión a la individualidad.

El amor es un estado de conciencia expansivo, nunca contractivo: tiende a liberarnos, a “agrandar” a cada uno de los miembros. Es una rampa de despegue, no una pista de aterrizaje. La relación de pareja fructifica y se consolida cuando en ella hay dos individualidades en camino de completarse cada una, donde cada cual busca explorar y desarrollar su animus y su ánima, su parte masculina y su parte femenina.

Es necesario aprender herramientas para conocernos, liberarnos del pasado y empezar un nuevo ciclo desde el amor puro con uno y después hacia al otro, si necesitas ayuda para lograrlo, búscame como Zu Ghersi Instagram https://www.instagram.com/zughersi/. Programas de reducción del estrés y de inteligencia emocional con Mindfulness.

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