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Bienvenidos a bordo

Fecha Publicación: 23/02/2024 - 21:00
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Este es un viaje no apto para quienes no sueñan, para quienes son presa fácil de la nostalgia apenas despegan, o se dan por vencidos ante el primer problema.

Felizmente, tuve el privilegio de adquirir un tique a último minuto y ahora disfruto de uno de los asientos con vista panorámica de un mundo desconocido y uno harto conocido, con todas las prerrogativas de haber sido bendecido con un vuelo de otro nivel.

La nave está piloteada por Esther Villafuerte, quien, por sus horas de vuelo, garantiza un viaje a prueba de las más severas dificultades y de cuanta turbulencia se presente. Como equipaje de mano apenas llevo una imaginaria copa de vino tinto, y en mi mente también va mi disposición a no callar frente a todo lo que vea, juramento que sellaré apenas aterrice y bese suelo desconocido. No tiene importancia alguna recordar el número de vuelo, después de este viaje lo único que quedará grabado será la ruta trazada por los versos de estos “Poemas en modo avión”, versos cuidadosamente trabajados por la poeta dónde cada detalle supera largamente los umbrales con que nos deleita con su buena poesía.

El poemario es un itinerario lleno de imágenes, plasmadas para poner en relieve la senda zigzagueante donde los versos son banderas que direccionan la ruta para descubrir lo que sucede al otro lado del mundo; muchos han tratado de ocultar ese lado, otros lo han pintado de imposible, pero está aquí, a la vuelta de la esquina, atiborrado de problemas, lleno también de puertas por donde la luz, la bendita luz, pueda alzar vuelo. Su lectura nos conducirá a explorar todo lo que es posible trabajar con la palabra, lograr despejar una variable de una ecuación compleja, como quien disfruta de un ameno y entretenido juego, basado en una fórmula que solamente la belleza de la poesía puede explicar. Al respecto, Jorge Luis Roncal, editor del libro, manifiesta que el poemario “…incorpora de manera más clara la exploración lúdica y espacial, como un desafío de lectura no complaciente y al mismo tiempo un guiño, en el mejor de los sentidos, a la actual plataforma de posibilidades visuales al servicio de la expresión poética”.
Me alegra que este poemario de Esther Villafuerte vea la luz. Ese toque especial de artificios invita de inmediato a su lectura y sobre todo a disfrutar estos bellos poemas de la lucidez y el desacato.

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