¡Basta de inestabilidad!
A escasas cuatro semanas de las Elecciones Generales la coyuntura luce suficientemente caldeada como para enrarecer más el ambiente. La verdad, pocas cosas pintan bien y, para muestra, mientras la cotización internacional del cobre se dispara por las nubes, aquí más de un megaproyecto o concesión cuprífero se encuentra afectado o paralizado por los denominados conflictos medioambientales. Paradojas peruanas.
Empero, algo ha mejorado la contención de la maldita pandemia viral china y empezado –aunque tardíamente- la gradual vacunación de la población. Sin embargo, en el peor Congreso se agitan las aguas anunciando mociones de vacancia del jefe de Estado interino a raíz del supuesto “Sinopharmgate” alimentado desde “Willax” o de censura de la Mesa Directiva para indirectamente expectorar al mandatario y todo esto a falta de cuatro meses para que se despida de palacio. ¡Una locura! Pareciera que nada se ha aprendido de la traumática destitución del malandrín expresidente Vizcarra (alias “Lagarto”) o que aquí lo único que importa no es “El Perú Primero” sino los intereses electorales o electoreros.
Para más extravío, ahora la atención está en averiguar quién ha mentido sobre la indebida vacunación de la excanciller Astete. ¿Fue el presidente Sagasti cuando dijo que nunca lo supo o autorizó o ella quien sostiene que se lo informó y ante su mutis se inoculó? Por favor, ya habrá tiempo y oportunidad para esto. El país sufre una crisis sanitaria, económico y social sin precedentes y lo que espera de su clase política y dirigente es que en este momento se comporte a la altura de la tragedia, si no es mucho pedir. El Ejecutivo a gobernar y vacunar lo más posible; el Congreso a lo suyo aunque lo haga tan mal y el sistema de justicia a investigar y sancionar de acuerdo a ley. Basta de continuar fomentando el desgobierno. De los candidatos al sillón de Pizarro borronearemos a partir de la próxima semana. ¡AMÉN!
