Audios y viaductos
No olvidemos nunca que fue ese ídolo de la caviarada, Francisco Sagasti el que flexibilizó los requisitos para el cargo de secretario general de palacio; disposición que le franqueó la posibilidad de acceder al cargo a un sujeto como Bruno Pacheco, hombre de confianza de Pedro Castillo y hoy figura estelar en los audios que viene propalando valientemente Phillip Butters por Willax TV (al igual que lo que hizo Beto Ortiz en su oportunidad con el escándalo Vacunagate, donde se demostró palmariamente la catadura moral del lagarto Vizcarra).
Lo que venimos escuchando son pruebas irrefutables de la podredumbre de gente que hoy nos desgobierna y que esperamos constituyan el principio del fin de la kakistocracia que vivimos. El grado de confianza que se evidencia entre Pacheco y el prontuariado Zamir Villaverde resulta revelador y un indicativo que lo que se viene puede ser letal para el lumpen que ocupa el poder. Mientras tanto el resto de la prensa, salvo honrosas excepciones como este diario, continúa con el vergonzoso apañamiento a estas graves muestras de descomposición política y social que padece nuestro país.
De otro lado, a muy poco de inaugurado el esperado y necesario viaducto de casi 2 km de extensión que cruza el Óvalo Monitor entre Surco y La Molina y que beneficiará a más 500,000 vecinos, ya salieron los criticones de siempre con esa tremenda mala leche que los caracteriza para mostrar su desacuerdo con la obra.
Obviamente estas críticas vienen -para variar- de sectores progres para quienes este tipo de obras de infraestructura vial son inútiles y no obedecen a esas soluciones utópicas e “integrales” (mágicas mejor dicho) que tanto les encanta evocar. Esos mismos que apostaban por “construir ciudadanía” ¿se acuerdan? Los que apoyaron a una izquierda que cuando fue gobierno municipal no solo no hizo nada de obra, sino que robó a su regalado gusto.
No hay duda que el deporte nacional es la crítica a toda obra de infraestructura vial, lo hicieron con el zanjón de Bedoya y con la misma vía expresa de Javier Prado de Andrade (imaginen Lima sin ellas) y hoy lo hacen con cualquier obra destinada a mitigar el agobiante tráfico de la capital. Por supuesto que el metro de Lima va a significar un gran alivio para todos, pero mientras se termina de ejecutar todos sus ramales a esta gente nada les acomoda, de pronto tan solo un idílico paraíso de una ciudad plagada de ciclovías para bicicletas con canastitas y “scooters” como “solución” al transporte ciudadano. El suscrito -que como la inmensa mayoría de limeños no vive en Narnia- estará muy agradecido por la obra, pues aligerará el insoportable tráfico que existe en la zona. Punto para el injustamente vacado ex alcalde Muñoz.
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