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Annus horribilis

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Fecha Publicación: 17/12/2019 - 22:10
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Y termina el funesto 2019 pero no se lleva nuestro mayor problema, no limpia el horizonte, seguimos enquistados con este gobierno y su profunda incompetencia. Nada bueno se avizora para el próximo año, a pesar de las proyecciones de la mayoría de analistas, que llevan el optimismo en el ADN porque les toca vender y seguir haciendo negocios.

BCR pronostica un cierre de 2.5% y que en el 2020 se podría avanzar a 3.8%. Valoro su entusiasmo, pero uno de los factores que debería cristalizarse para llegar a ese apetecible número es el inicio de la construcción de Tía María. Ríase cómodamente, señor lector, no es más que un wishful thinking. La palabra diálogo hace tiempo que funciona como un eufemismo de monólogos yuxtapuestos, algo así como una politizada guerra de trincheras, donde ocurre de todo menos sentar el camino para una sana convivencia entre la minería y la agricultura. Se ha perdido el objetivo primordial y este gobierno es incapaz de encaminarlo; le huyen al enfrentamiento cuando se trata de temas espinosos, popularidad antes de justicia y legalidad.

Vizcarra vive torturado por su pasado y el de su entorno cercano. ¡Es su gran debilidad! De otra manera no se explica que esté a merced de los medios y los traidores; estos últimos le dan de su propia medicina. Es inaceptable que gran parte de las decisiones del gobierno estén digitadas por la fuerza de la prensa que el propio Estado alimenta; es un costo inmenso para el país y no necesariamente en el Perú, como se dice en el Macbeth de Shakespeare: “Cuando las cosas llegan a lo peor, regresan a donde estaban antes”.

El presidente de facto dice gobernar para la calle pero cuando ese Circo Romano en el que se ha convertido la opinión pública, permeado con una vil mezcla de cultura de crueldad y conformismo, le baja el dedo a Edmer Trujillo o se opone a que se siga favoreciendo a la empresa más corrupta de la historia del país, este opta por mirar de costado. Le costará algunos puntos en las encuestas que luego recuperará con algún hallazgo sensacionalista y popular, de preferencia la persecución a algún político con las manos manchadas. Muy constructivo todo. Esos peruanos que lo idolatran también le han dado licencia para mentir. Hace pocos días en el I Foro Internacional de “Cultura del Agua” afirmó que el agua potable en el Perú está en el orden del 95% en zonas urbanas y del 74% en las zonas rurales. ¿No le informaron que solo en Lima hay 1.5 millones de personas sin acceso a agua y saneamiento? Muy pocos se atreven a corregirlo por simple temor o desinterés.

¿Tendrá razón el analista político Eduardo Dargent (El Comercio 15/12/2019) cuando sostiene que se trata de “un gobierno que ha demostrado que puede entusiasmar a la ciudadanía y oponerse a ciertas tendencias, a cierto hartazgo”? Solo una sociedad adormilada y confundida se puede encandilar con palabras, arengas y el absoluto vacío.