200 años de la Presidencia de la República

Nuestro proceso de independencia comienza con la invasión napoleónica a España porque la heroica oposición será liderada por el bando liberal, extendiéndose su influencia ideológica tanto al interior de la península como a los virreinatos de América y, obviamente, disminuyeron los recursos de un ejército repartido en varios continentes. Una vez expulsados los franceses, el retornado Fernando VII se niega a firmar la Constitución de Cádiz en una actitud similar a la de Luis XVI, evitando convenir en una monarquía parlamentaria, similar a la inglesa.

El "rey felón" restauró el absolutismo borbón y persiguó cruelmente a los liberales que habían pretendido disminuir el poder de la Corona. La Constitución de 1812, que ya había sido jurada en Lima, Trujillo y Huancayo, quedó como una oportunidad perdida para nuestro país, porque hubiera permitido evolucionar como sociedad, eligiendo representantes y discutiendo acciones en asambleas políticas, como lo hicieron las colonias inglesas en Norteamérica.

La reacción en nuestro territorio fue exclusiva de la élite intelectual liberal, pues amplios sectores de la sociedad, hacendados y campesinos, comerciantes y autoridades mestizas, estaban profundamente integrados al régimen virreinal y resistieron lo que suponían era una invasión extranjera de argentinos, chilenos y colombianos.

En ese contexto, el Congreso designa a la Suprema Junta Gubernativa presidida por José de La Mar, un triunvirato que obedece los acuerdos del Congreso, lo que Loewenstein califica como asambleísmo. Por el Motín de Balconcillo, el Congreso se ve obligado a elegir a José de la Riva Agüero con el cargo de Presidente de la República, juramentado por primera vez con la banda presidencial el 4 de marzo de 1823. Curiosamente, el 23 de junio fue vacado por el Legislativo y el 19 de julio el presidente rebelde disuelve el Congreso, marcando desde el inicio de la institución presidencial la pugna entre los dos poderes del Estado, que se repetiría a lo largo de nuestra historia republicana.

Este mes entonces se cumplen 200 años de la presidencia, entendida como el cargo que reúne tanto la jefatura de Estado como la jefatura del Gobierno, en un intento de imitar la ya exitosa forma de gobierno norteamericana. Los peruanos de la época no pudieron prever que los académicos norteamericanos escribieran, muchos años después, sobre las desventajas de un presidencialismo que funciona en el país de Hamilton y de Madison, solo por ciertas peculiares condiciones, propias de una sociedad fundada sobre hombres libres acostumbrados a decidir sus asuntos, colonias que antes de su independencia ya tenían congresos y constituciones.

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