Seguridad digital es la clave para proteger el dinero móvil

El uso de billeteras digitales en el Perú continúa en ascenso: más de 12 millones de personas ya realizan pagos, transferencias y cobros desde sus teléfonos móviles. Este avance se acelera aún más con la reciente Ley N.º 32413, que permite pagar sueldos y beneficios laborales a través de estas plataformas. Sin embargo, mientras la inclusión financiera se amplía, también lo hacen las amenazas cibernéticas.

En este contexto, proteger la información y el dinero digital se ha vuelto una prioridad. El crecimiento de delitos como el robo de identidad, el phishing o la filtración de datos obliga a repensar la seguridad como un eje fundamental de la experiencia digital. “Ya no basta con que una billetera sea fácil de usar; debe garantizar la protección de los usuarios en cada operación”, afirma Alberto Castillo, CEO de Ligo.

Las cifras lo confirman. Según la Asociación de Bancos del Perú (Asbanc), en los primeros seis meses de 2025 se registraron más de 400 mil intentos de ataques cibernéticos dirigidos a plataformas financieras en el país. Ante esta realidad, la confianza de los usuarios dependerá directamente de la capacidad de las empresas para blindar sus sistemas.

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Para enfrentar este entorno de riesgo, los proveedores de billeteras digitales deben aplicar protocolos de seguridad robustos. Algunas prácticas esenciales incluyen:

• Cifrado de extremo a extremo y autenticación reforzada.
• Vigilancia constante de posibles amenazas.
• Validación precisa de la identidad de los usuarios.
• Controles estrictos sobre accesos tanto internos como externos.
• Alineamiento con estándares internacionales de ciberseguridad.

En respuesta a estas exigencias, Ligo ha dado un paso adelante al obtener la certificación ISO/IEC 27001:2022, una de las normas más reconocidas a nivel global en gestión de seguridad de la información. Esta certificación, otorgada por un organismo independiente, respalda que la empresa cumple con rigurosos criterios para proteger la confidencialidad, integridad y disponibilidad de los datos que gestiona.

En un país donde la digitalización avanza a paso firme, blindar la seguridad de las finanzas móviles no es solo una buena práctica: es una responsabilidad ineludible. Solo así se podrá fortalecer la confianza de los usuarios y asegurar que la transformación digital llegue a todos de manera segura, inclusiva y sostenible.

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