José Graña jugó a la colaboración eficaz y a dilatar el caso de las carreteras IIRSA Sur, y los de la transnacional sabotearon desde Brasil los casos para que se caigan.
No solo cerraron los diques legales y políticos en favor de constructora corrupta, sino que obligaron al ente de control a no fiscalizar. PPK, ministros y equipo de Proinversión en la conjura.