Zamora ideologiza la función médica
Víctor Zamora, ministro de Salud Pública, es trotskista por antonomasia. Como tal, su leit motiv es aplicar la estrategia del desarrollo desigual para ahondar la revolución que acabe con el capitalismo colonial y semicolonial. Por tanto, propicia la profundización de las contradicciones sociales como fundamento político para sojuzgar a la sociedad. Este principio comunista caracteriza su ADN. Y en apenas dos meses y días ya vemos que lo ha aplicado diligentemente, respaldado de manera incondicional por Vizcarra. En efecto, en ese corto tiempo Zamora ha agravado la de por sí crítica condición de la Sanidad estatal, habiéndola desabastecido de medicinas, equipos y complementos al punto que los hospitales locales están impedidos de operar, aunque sea básicamente, para encarar la pandemia Covid-19. La lógica consecuencia de semejante agudización de las deficiencias –que perjudican fundamentalmente a las clases menesterosas– es exacerbar el malestar social. Primer mandamiento del marxismo como condición para promover la revolución, ahora estratégica, soterradamente llamada “nueva realidad”.
No contento con acabar de fulminar nuestra organización estatal de Salud, el trotskista Zamora ha traído a toda una brigada cubana compuesta por 85 operadores marxistas –denominados “médicos y enfermeras”– para atender la emergencia por el coronavirus en diversos hospitales del Estado situados en ciertas regiones. Aunque el régimen Vizcarra no ha especificado los pormenores del compromiso adquirido con Cuba por el Estado peruano –más claro por usted, amable lector– por imposición de Zamora. De la misma manera, Zamora acaba de condecorar a dos “médicos” de China comunista que han estado apenas dos días en el Perú. Mientras tanto, desdeña la muerte de dos decenas de médicos peruanos que fallecieran batallando contra esta pandemia de marras. No solo eso. Sino que maltrata a nuestros galenos entregándoles mascarillas que no sirven, así como vestimenta indebida, privándoles de elementos para defender su propia vida. Las protestas de nuestros doctores son cotidianas. Y cada vez más indignadas contra este altanero comunista que Vizcarra ha colocado como instrumento ideológico para administrar la Salud Pública peruana, en el peor momento de nuestra historia sanitaria.
Enfatizamos que la presencia de Zamora en el Ministerio de Salud es claramente ideológica, además de política. Porque no es coincidencia la presencia de delegaciones médicas –china y cubana– en un trance tan difícil para la estabilidad democrática occidental, siendo ampliamente conocida la instrumentalización de este tipo de delegaciones para servirle como caballo de Troya a intereses foráneos. Una reciente investigación de la BBC señala que los médicos cubanos forman parte del “ejército de batas blancas” establecido por Fidel como aparato de penetración en países ajenos. Estos médicos nunca fueron voluntarios. Más bien, fueron presionados para servir en el extranjero. Y tras arribar al país de destino, por orden de La Habana, funcionarios de la embajada de Cuba les retiran sus pasaportes; y, actuando como agentes de seguridad, se encargan de vigilarlos; aparte de conminarlos a informarles sobre sus colegas del país huésped. ¡Vale decir, son topos fidelistas! Precisamente lo que busca un trotskista. ¡Como este zamarro Zamora, que está utilizando la pandemia con fines revolucionarios!
