Yo te vi apoyar al comunismo
No sé, al momento de escribir esta columna, quién vaya a ganar las elecciones. Es importante, eso sí, seguir denunciando las irregularidades presentadas durante la votación del domingo. Personeros de Perú Libre con cédulas marcadas, mesas en donde no hubo ningún voto a favor de Keiko Fujimori ni blancos o viciados, familiares como miembros de mesa de una misma mesa, actas ilegibles cuando se ve claramente lo que ahí está escrito, entre otras hierbas, son indicios suficientes para ratificar que el partido de Vladimir Cerrón no juega limpio. No creo, y quiero que quede evidencia de ello, que haya ocurrido un fraude (lo que hemos visto son hechos aislados) en la segunda vuelta, mas no podemos cerrar los ojos y dejar de exhibir todas las artimañas de PL para que Pedro Castillo se atornille en Palacio de Gobierno.
Lo que sí puedo expresar es que la izquierda que se acuñaba el adjetivo de “moderna” ha quedado ya sin máscara. Mendoza, Glave, Huilca, Bazán y demás zurdas han apoyado la candidatura de la opción misógina, transfóbica y antidemocrática que el lápiz encarna. Lo mismo ha ocurrido con los supuestos centristas del Partido Morado, quienes, a última hora, abrazaron la causa radical de Pedro Castillo. A todos estos no les interesó las amenazas de disolver el TC, la Defensoría del Pueblo, el Congreso, además de quedarse con los aportes a las AFP. Menos aún les preocupa que, de llegar a la presidencia, el binomio Castillo-Cerrón cierre la economía y convierta al Perú en un satélite castrochavista. Resultaron ser, finalmente, unos rancios comunistas.
Si estamos en esta situación es culpa también de la prensa oficialista, esa que existe solo gracias a la publicidad estatal y se arrodilló ante el lagarto, que exacerbó el antifujimorismo de sus ilusos y mozos seguidores. Inventó, por mencionar algunos ejemplos, que Keiko Fujimori era narcotraficante (reportaje del supuesto informante de la DEA), lavadora de activos (los aportes irregulares a los partidos políticos eran faltas administrativas), obstruccionista (hubo censuras innecesarias como la de Jaime Saavedra, pero el Congreso de mayoría “naranja” aprobó después todos los presupuestos y reformas de la inútil gestión PPK-Vizcarra), esterilizadora (las “esterilizaciones forzadas” se dieron en el gobierno de Alberto Fujimori, no de su hija que jamás ha gobernado) e inhumana (¿dónde está el audio en donde la lideresa de Fuerza Popular dice que le vale madre fregar a 10 mil o 100 mil personas?). Fujimori Higuchi, incluso, pidió perdón por estas patrañas en todos los idiomas, pero sus odiadores jamás le creyeron.
Acuérdense de Hildebrandt, Clara Elvira, Mohme, Mávila, Chincha, Oxenford, Sifuentes, Cisneros, etcétera, cuando tengan que comer piedras. ¿Querían comunismo? Pues lo tendrán y también mucha hambre.
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