¿Y por qué tenemos que perdonar el apoyo caviar a Castillo?
Veo con desdén cómo algunos necios tuiteritos que se autodenominan de derecha coquetean con caviares para juntos hallar una solución a la crisis desatada por el oscuro Gobierno de Pedro Castillo. Estos ilusos se han comido el cuento caviar de que, a estas alturas, ya no importa si apoyaste a Castillo en la segunda vuelta, a pesar de todas las advertencias que algunos periodistas expusimos. Hay que ser estulto, pues, para tener de mascota a un tigre y esperar que este, tarde o temprano, no te ataque. Con el enemigo no se tranza y eso es lo que son los caviares. Es por su culpa que un analfabeto funcional nos gobierna, pues a los caviares les daba náuseas votar por una presunta corrupta, a quien ni siquiera pueden acusar penalmente (¡los aportes irregulares de campaña no configuran lavado de activos!).
Los caviares son, en realidad, minoría en este país, por lo que, para botar a patadas a Castillo de Palacio de Gobierno, podemos prescindir de ellos. Será, entonces, la gente que se rompe el lomo trabajando a diario la que expectore al ahora investigado por corrupción. Este gigante conglomerado de peruanos trabajadores, golpeados por la asesina gestión del lagarto Martín Vizcarra ante la pandemia, fueron engañados por el profesor “humilde” que llegaba para que ya no existan más pobres en un país “rico”.
Pero, cuando el hambre apremie (y me temo que ello está a la vuelta de la esquina), será el fin del chotano, que terminará eventualmente en la cárcel por liderar una mafia enquistada en el MTC.
A los caviares hay que “cancelarlos” (usemos sus propias armas para hacerles daño) y no olvidar jamás que son los culpables de que nos gobierne hoy una organización criminal. Eso significa que no hay que leer sus libros o ver sus películas, y dejar, principalmente, de comprar los productos de las empresas que publicitan en medios zurdos, como La República o ciertos canales de YouTube.
Frente a los caviares no podemos retroceder ni un milímetro porque su cinismo es monumental. Basta con ver cómo se pasea el tótem caviar Francisco Sagasti en medios amigos dando consejos para salir de este infierno y negando que él allanase el camino para que el prófugo Bruno Pacheco asuma como secretario general del Despacho Presidencial. Ello, pese a que su administración eliminó los requisitos mínimos para ocupar tal cargo. Vaya caradura, ¡y todavía quiere regresar a la política por la puerta grande!
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter e Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.
