¿Y la inteligencia policial cuándo captura a Cerrón?
La inteligencia policial operativa acaba de mostrar sus virtudes con el rescate de la hija de un empresario secuestrada en Lima por un grupo delictivo que pedía dos millones de soles a cambio de liberarla. Parte de los criminales con objetivos económicos fueron capturados gracias a la acción de la PNP. En el pasado las labores de inteligencia también sirvieron para neutralizar a terroristas; fue el caso del grupo especial GEIN que capturó al cabecilla senderista Guzmán Reynoso sin disparar una sola bala.
No obstante, la función institucional se descarrila cuando los gobiernos "hacen política" o apalancan sus juegos de poder manipulando los diversos sistemas de inteligencia (policiales o militares) a su favor. Esto se vio, por ejemplo, con el SIN del inescrupuloso montesinismo de los noventas. Después, con el cogobierno Nadine-Ollanta la DINI fue ampayada espiando políticos, empresarios, analistas y periodistas para encubrir entripados crematísticos y facilitar una politizada "reelección conyugal" finalmente frustrada. Más reciente, con Castillo y asociados, el Perú se salvó por un pelo al bloquearse el autogolpe y un obvio proyecto dictatorial que ya había ido ocupando espacios en los porosos aparatos de inteligencia nacional.
Conocido es entonces que la labor de inteligencia policial es un arma eficaz en la lucha anticriminal y contraterrorista; pero peligrosa cuando se usa selectiva y políticamente para perseguir a algunos incómodos o asegurar impunidad a otros elegidos según convenga a determinada situación de poder. Es lo que se especula hoy, por ejemplo, en torno al "particular" caso de Vladimir Cerrón.
Cerrón, el sentenciado exgobernador de Junín y dueño del partido que llevó a la presidencia primero al prosenderista Castillo y después por sucesión a Boluarte, lleva ya 234 días de "prófugo" de la justicia. Esta condición no le ha impedido mantener sostenida presencia en el recalentado proceso político peruano vía sus redes sociales y digitales. Cerrón no es un actor menor. Cuenta aún con cierta cuota de poder específicamente en el Parlamento con una bancada -aunque achicándose- y hasta con un hermano en la mesa directiva.
¿Por qué el franquiciado castrochavista sigue todavía intacto y con VPN? Una de las teorías es que cuenta con protección extranjera en coordinación con operadores locales. No sorprendería. El "colaborador eficaz" Shimabukuro ha llegado a decir que ya estaría en Cuba. Otra hipótesis es que Dina lo cubre directamente. Esto tampoco debería sorprender. Siguieron casi la misma ruta política y ciertos entreveros financieros. En otras palabras: se "saben mucho" entre ellos.
Desde que Cerrón optó por la clandestinidad distintos pronunciamientos ministeriales y de jefaturas policiales han dicho que "pronto será detenido". Pero no pasa nada. Qué suerte. Si la versión de que es el desgobierno boluartista el que lo protege, esto ya no afecta tanto a la reputación presidencial de Dina inmersa en crecientes y abrumadoras acusaciones. En realidad cada día que pasa Cerrón sospechosamente "inubicable" e impune, degrada de hecho el profesionalismo y la imagen efectiva de los policías verdaderamente institucionalistas.
Para detener un peligroso descrédito en aumento entre la ciudadanía, la Policía Nacional del Perú (supuestamente embarcada hoy en una lucha incluso contra las estructuras criminales transnacionales), se obliga a cancelar las especulaciones alrededor de un "prófugo" que parece evadir su captura por el tóxico poder político -y la información- que aún mantendría bajo su control.
Hay una vieja frase muy peruana: "Cuando la Policía quiere hacerlo, lo hace". Ya es momento de romper cualquier cerco de protección que se haya montado selectivamente con evidentes fines políticos (tanto si compromete a actores internos como externos).
