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¿Y el rescate del norte?

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Fecha Publicación: 14/04/2023 - 21:30
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El norte del país se enfrenta a una de las pruebas más duras que le ha tocado pasar. Las lluvias que inundan todo, un terremoto en la zona de frontera, el dengue, la paralización de la economía regional y ahora el anuncio de un posible fenómeno El Niño, puede paralizar hasta el inversionista con más sangre fría pero no al Estado peruano. Lamentablemente, esto último ha sucedido.

La ayuda llega a cuenta gotas al norte. Un barco de la Marina de Guerra ha ayudado a transportar la ayuda recolectada entre el sector público y privado, pero no es suficiente. El norte necesita ayuda para ayer y no para mañana. Y por ello es increíble escuchar tras la denuncia de escasez de plata de los alcaldes responsables de las zonas damnificadas que el Ministerio de Economía y Finanzas, responda que son dichos alcaldes los responsables de una baja ejecución. ¿Los ciudadanos de dichas zonas se merecen un duelo de cifras y palabras entre autoridades del gobierno nacional y local, o soluciones? Ellos merecen lo segundo.

Puno sigue paralizado, por más que las cámaras de TV ya no transmitan 24 horas lo que sucede allí. Ahora el norte advierte que se levantará. ¿Qué espera la presidenta Dina Boluarte para mandar ingentes cantidades de ayuda? ¿Marchas? ¿O que ocurra otra desgracia que jale la atención mediática y olvidemos al norte?

La inacción política a todo nivel es espantosa. Los contribuyentes pagamos nuestro dinero para qué en momentos de crisis, se dé amparo a los desamparados y no explicaciones. Si la SUNAT puede cerrar la bodega que no entregue factura en el lugar más recóndito del Perú ¿por qué no puede llegar la ayuda con la misma efectividad?

Y es que para cobrarnos impuestos (de todo nivel) los gobiernos (todos) son muy efectivos, pero para aparecer cuando se les requiere salen los rosarios de excusas y disculpas. No es momento de aceptarlas. Es momento de ver acción y soluciones.

Lima pude ser cruel. Puede olvidar fácilmente la necesidades propias y ajenas en pos del nuevo chisme, condena, juicio, desgracia social, económica o política. Aquí se perdona el pecado pero no el escándalo. Lo que sucede en Tumbes, Piura, La Libertad y Lambayeque no solo es un pecado sino un escándalo, y como tal debería existir la suficiente presión social para que el aparato público funcione como es debido.

Si el norte no recibe ayuda hoy, es muy probable que el sur tampoco la reciba en el momento debido y en la cantidad necesaria cuando arranque el periodo de friaje o cuando se desate la furia del fenómeno El Niño anunciado. Si Lima se queda callada, no esperemos ayuda, indignación o acción cuando una desgracia (como un terremoto) ocurra aquí. No nos asombremos si las regiones que nunca ayudamos de verdad y solo dimos paliativos, nos den la espalda. Hoy debemos cambiar y rápido. El tiempo corre en contra.

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