¿Voto a los 16 años?

El congresista Waldemar Cerrón, de la bancada de lo que quedó de Perú Libre (PL) y hermano del prófugo Vladimir, a través de su absurda iniciativa busca “ampliar la participación cívica y otorgar voz a un sector poblacional joven, que está cada vez más consciente y comprometido con los asuntos políticos y sociales”, según su proyecto de ley de marras.
Tras la aprobación de la ley que establece que los adolescentes de 16 y 17 años podrán ser imputables de delitos graves (el Pleno del Congreso aprobó, en segunda votación, el dictamen recaído en los proyectos de ley 618, 6080, 7771 y 8166, que modifica el Código Penal y el Código de Responsabilidad Penal de Adolescentes para incorporar a los adolescentes de 16 y 17 años como sujetos imputables dentro del sistema penal por delitos graves. El dictamen obtuvo 44 votos a favor, 24 en contra y 21 abstenciones), ahora en el Congreso de la República, se plantea que los jóvenes puedan ejercer su ciudadanía y votar en las elecciones desde los 16 años; actualmente, la edad para sufragar es de 18 años y las próximas elecciones presidenciales, regionales y municipales se desarrollarán en el 2026.
Según información del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), actualizada a agosto de este año, en el Perú existen cerca de un millón de jóvenes que fluctúan entre los 16 y 17 años (bolsón apetecible para algunos candidatos).
El proyecto de ley tendría que modificar el artículo 30 de la Constitución Política, con la finalidad de determinar la edad mínima para la obtención del ejercicio de la ciudadanía, inclusive se tendría que modificar también el artículo 42 del Código Civil y el artículo 9 de la Ley N.º 26859 (Ley Orgánica de Elecciones).
Cabe precisar que el derecho al voto es uno de los pilares fundamentales de la democracia y un mecanismo a través del cual los ciudadanos pueden influir en las decisiones políticas. En el Perú, la edad para sufragar es de 18 años; sin embargo, se plantea la posibilidad de reducir esta a los 16 años, con “…el propósito de ampliar la participación cívica y otorgar voz a un sector poblacional joven, que está cada vez más consciente y comprometido con los asuntos políticos y sociales”. Sí, ¡cómo no! Caso concreto: la fantasmal Generación del Bicentenario. El proyecto añade que “uno de los argumentos centrales a favor de este cambio es la capacidad de los jóvenes de 16 y 17 años para tomar decisiones informadas y racionales”. (?)
El artículo 206 de la Carta Magna prevé que “Toda reforma constitucional debe ser aprobada con mayoría absoluta del número legal de miembros de cada cámara, y ratificada mediante referéndum. Puede omitirse el referéndum cuando el acuerdo de cada cámara se obtiene en dos legislaturas ordinarias sucesivas con una votación favorable, en cada caso, superior a los dos tercios del número legal de miembros de cada cámara”.
Mientras no se restablezca el curso de Educación Cívica en los colegios, los escolares no conozcan sus deberes y derechos, sean manipulados por la TV con tanto bodrio y estén distraídos en las redes sociales de manera intrascendente, poco o nada se logrará. Inclusive, en el propio hogar, donde los padres más votan por obligación que con la sana razón, ese es un mal ejemplo al carecer de conciencia y criterio cívico.

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