Volver a empezar
Le bastó una rápida mirada sin detenerse a detallar en la fotografía lo que con el encuadre había escogido. No preguntó dónde ni cuándo la había tomado. Le fue suficiente ese trío de segundos que consumió en la ojeada a esos volúmenes con pequeños puntos de luz acentuando la oscura y definida pesantez de las siluetas recortadas sobre ese terso despliegue de rojos, rosados y un largo lila que parecía querer escapar.
Tan rápido y decidido fue el comentario como la mirada que lo generó. Con un tono de voz seco y sin gracia soltó la única palabra que quedó en el aire y amarrada a mi recuerdo. Me llevó a Medellín y el comentario que, hace poco más de diez años, hizo una amiga luego de ver, también de un solo tirón, la fotografía similar en tema a la que mueve esta Crónica.
Desde un balcón, al atardecer, una mirada a esa arquitectura oscura que se levanta y recorta sobre un vacío lleno de encendidos rojos y unos mantos y rayones lilas. Ambos fueron inmediatos y sin dudar. Apocalíptica.
Hoy al entrar al internet lo primero que aparece veo y leo son las predicciones de Baba Vanga la vidente que perdió la vista cuando tenía doce años. Desde entonces, con asombroso anticipo, narró sucesos que conmovieron al mundo. Dos de ellos son más que mucho. Uno, el accidente y muerte en Paris de Diana Princesa de Gales.
El otro, no menos sorprendente, fue el del 11 de setiembre con el ataque y destrucción de las torres gemelas en Nueva York. Hay más, pero basten estos dos, si sabemos que la buena mujer murió más de veinte años antes que estos ocurrieran. Las que hoy leí para el 2023 no son nada gratas. Hablan de catástrofes desperdigadas por todo el mundo.
Inundaciones, hambrunas, peste y terremotos. Si esto le parece poco, el remate es para pensarlo seriamente. Una invasión alienígena que nos tomará de sorpresa. Las inundaciones ya las están sufriendo en Brasil. La hambruna es compañía de antigua data, la peste la tenemos instalada y avanza con paso seguro y bien dirigido.
Los terremotos no son novedad. Preguntemos a los amigos cercanos si tienen preparada la mochila salvadora y de paso les sugerimos revisen los informes diarios del Instituto Sismológico. La invasión alienígena está cacareada desde antes que fuera chico, eso fue hace bastante tiempo. La hemos visto en el cine, la televisión, leído en cuentos y novelas, así que no nos sorprenderá. Solamente tenemos que esperar nos toquen la puerta para invitarnos a vivir el nuevo orden mundial, que también tiene otros canales y no son de película.
Esta puede ser una Crónica un tanto curiosa para dejar, cuando escribo, el 2021 y abrirle camino al 2022 que ya lo tenemos empezando a decir agú. Para darle un cambio a la mano usaré la foto del reciente comentario acompañada de esas con temas de mi cotidiano, que me gustaría mantenerlo y sazonarlo con otros pronósticos, personales, que por razones de antigua cábala será mejor tenerlos guardados. Para despedirme, repetiré la invocación a los nuevos doce meses.
Vengan trayendo felicidad, salud, buenos amigos, trabajo, proyectos realizados, y por supuesto, dinero suficiente para seguir caminando. Y ustedes también.
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