Voluntad de copamiento

De la lectura de la entrevista concedida por el embajador chino a Gestión (30.09.2024), se deduce claramente que con la inauguración del puerto de Chancay y la firma del TLC “optimizado” con China, se iniciaría una segunda etapa de nuestras relaciones con el gigante asiático, en la que se busca tener una mayor apertura entre ambos gobiernos, donde “no solo (se) construyan ferrocarriles, sino carreteras, puentes, escuelas y demás infraestructura que el Perú necesita”. Además de los proyectos para la renovación del sistema de transporte público, reemplazando una gran cantidad de combis y taxis en un plazo de 4 años, y el nuevo puerto que construirán en Marcona, que sería el tercero a nivel nacional (después de Callao y Chancay). Esto implicaría un cambio no solo cuantitativo, sino cualitativo, al que hay que sumar los proyectos de la primera etapa.
Además, hay que tener en cuenta que China no evidencia respeto por el ordenamiento legal vigente. Por ejemplo, actualmente hay una nueva protesta de pescadores que atribuyen a los pesqueros chinos la escasez de pota y su precio, que ha subido de 4 soles el kilo a 18 soles. Esto está ocasionando que la pesca artesanal y la industria pesquera para consumo humano atraviesen la peor crisis de los últimos 30 años. Frente a esta situación, el sector público ha reaccionado en bloque negando las acusaciones.
Sin embargo, sobre este tema hay que tener en cuenta el artículo del experimentado representante gremial del sector, Alfonso Miranda (Expreso 05.10.2024), en el que precisa que “ante el clamor pesquero, el gobierno promulgó el Decreto Supremo 014-2024-PRODUCE, proclamando que restituía la obligación de que todos los barcos extranjeros que usaran puertos nacionales debieran instalar el GPS SISESAT, lo que había dejado en suspenso. Increíblemente, nunca se cumplió este decreto y los grandes barcos chinos siguen entrando y saliendo sin llevar a bordo el equipo satelital. Al cierre de esta edición, 20 embarcaciones habían burlado el decreto con la complacencia sumisa de nuestras autoridades encargadas de hacerlo cumplir”.
Y sabemos que comportamientos similares de los pesqueros chinos se presentan en muchos países. Solo en las últimas semanas hemos conocido que los guardacostas de Chile, luego de Argentina, se han visto obligados a intervenir embarcaciones chinas que estaban violando el ordenamiento legal vigente. Asimismo, recientemente se ha denunciado que grandes arrastreros chinos destrozan el ecosistema de África Occidental (Ruohan Xie). Y hay numerosas denuncias que, por espacio, no podemos incluir.
Por lo que, en mi opinión, no hay consistencia en la defensa del gobierno a China. Además, hay acusaciones más fuertes como la investigación de la Cámara de Representantes de EE. UU., que expuso que China subvenciona la producción de fentanilo en el exterior, demandando medidas urgentes contra Beijing por incumplir su acuerdo con Washington y fomentar la crisis de esta droga en EE. UU. (Infobae 16.04.2024 y agencias).
Las palabras del embajador chino revelan una clara voluntad de copamiento, lo que nos debería poner en alerta por la creciente dependencia de China por parte de nuestro país y sus nefastas consecuencias.

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