Vladimir Putin y Kim Jong-un y la alianza por necesidad
El encuentro entre el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, y el presidente de Rusia, Vladmir Putin, en la ciudad de Pyongyang, la capital norcoreana, por supuesto que lleno de pompa como se esperaba, más allá de las afinidades ideológicas que todos sabemos, en realidad ha confirmado que se necesitan mutuamente, pues se trata de dos países que han sido sancionados económicamente por occidente y en términos económicos no la están pasando nada bien.
Ahora bien, mientras Rusia recibe de Corea del Norte material bélico para la guerra que mantiene con Ucrania y que hasta ahora no muestra ningún asomo de acabar, Moscú a cambio, brinda al régimen totalitario de Kim, apoyo tecnológico que se ha convertido en una prioridad para los norcoreanos, desesperados por conseguir poder espacial. Pero no es solamente eso. Putin quiere mostrar a occidente que no está solo. Que así como los países que apoyan a Ucrania son capaces de reunirse en Suiza para brindarle todo su apoyo como se hizo recientemente en la denominada Cumbre de la Paz en este país, a la que llamé en una reciente columna cumbre romántica, el mandatario moscovita quiere transmitir que también cuenta con aliados en su causa contra el gobierno de Kiev; sin embargo, si fijamos la mirada en los perfiles geopolíticos de los dos países, vamos a concluir que se trata de dos Estados aislados en el sistema internacional, casi como parias, y por eso, sintiendo el peso de la indiferencia de gran parte de la comunidad internacional, estratégicamente mejor se ven juntos que separados o dispersos.
Es verdad que faltan en la foto otros aliados tácitos como Irán, que también ha sido sancionado y padece de aislamiento internacional. Pero lo que no debe hacerse desde el análisis mundial es subestimar a los actores internacionales. Rusia, Corea del Norte e Irán forman parte del club de naciones con poderío nuclear que es la razón de fondo por la cual Washington y sus aliados de la OTAN miran siempre en actitud discrecional al otro lado del globo.
El viaje Putin a Corea del Norte confirma, finalmente, que el mundo sigue tendiendo a la confirmación de bloques en el sistema internacional, tal como durante la Guerra Fría, pero esta vez no se trata de un mundo bipolar, porque aun no existe en el planeta algún Estado que tenga la cualidad hegemónica que retiene Estados Unidos de América, aunque es verdad que sin la potencia arrolladora en esa condición virtuosa cuando el mundo era todo unipolar en sus manos como vimos al período entre la caída del muro de Berlín en 1989 y el atentado del 11S en Nueva York por Al Qaeda en 2001.
(*) Excanciller del Perú e Internacionalista
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