ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

Vizcarra y las motivaciones medianas de un aprendiz de dictador

Fecha Publicación: 23/06/2019 - 21:20
Escucha esta nota

Los autócratas siempre construyen, con atisbo de lógica y pseudo trascendencia, argumentalmente las excusas o motivaciones que los llevan a asaltar el poder total, para ocultar su verdadera naturaleza monárquica, de ambición de control total de las instituciones. Pueden surgir las condiciones favorables para ello en el marco de una guerra compleja; luego de la misma, pueden aparecer también cuando la integridad del Estado nación se vea bajo amenaza interna, surgen también ante graves crisis económicas para poner orden y otorgar estabilidad. También pueden entrar a la política con un discurso de cambio, ideológico y fanático, sobre todo ante la incapacidad de las democracias de solucionar la agenda social. Argumentarán que una nueva idea de Patria o de democracia justifica sus atropellos, para construir un futuro mejor. Demagogia ramplona, pero con un discurso medianamente atractivo.

En el caso de Martín Vizcarra y el cierre del Congreso y el control del sistema de justicia, no existen circunstancias excepcionales que le den un punto mínimo de apoyo a su narrativa, tampoco un discurso ideológico extraviado y fanático que lo conduzca a estas medidas. Aquí la respuesta es más simple y llana, el ex gobernador regional de Moquegua quiere simplemente evitar la cárcel a toda costa, y eso se nota. Intuye que los vientos judiciales que vienen luego del 28 de julio de 2021 serán complejos para él en sus casi 50 procesos penales, incluido Chinchero. No hay un discurso refundador o transformador. La medianía no es solo intelectual, sino también táctica y es la de un hombre que busca eludir el escrutinio de sus delitos en el ejercicio del cargo de gobernador regional y de ministro de Transportes. El argumento de la reforma política es una broma de mal gusto y se empieza a percibir así.

Sus motivaciones lo mantienen concentrado en una refriega con un Parlamento desprestigiado, al que piensa cerrar inconstitucionalmente antes de que termine esta legislatura. Quizás los errores –y horrores– de la mayoría parlamentaria fujimorista le permitan concretar su plan, sin embargo este sendero no tiene nada que ver con las preocupaciones y urgencias ciudadanas por empleo, seguridad, freno a los abusos financieros y de los peajes, agricultura, reconstrucción, educación y salud.

En este esquema Vizcarra sólo ganará tiempo para reorganizar el Ministerio Público y el sistema de justicia para librar su responsabilidad, pero tendrá un escenario convulso en septiembre u octubre, contexto en que no habrá a quien responsabilizar por el desastroso gobierno que está protagonizando. Quizás allí se dará cuenta que todo lo avanzado no servirá de mucho ante el clamor ciudadano. Recuerden que a Fujimori lo consumió, principalmente, la recesión y la falta de empleo hacia el final de la dictadura.

La población pronto percibirá que, además de que es claro que un corrupto no puede ser adalid de una primavera anticorrupción, Vizcarra no gobierna. Ese será el inicio del fin.