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Vizcarra y la vocación por la demagogia y el despilfarro

Fecha Publicación: 03/02/2019 - 21:00
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Vizcarra anuncia que les subirá el sueldo a los alcaldes a nivel nacional. Supongamos que cumpla su palabra esta vez. Imaginemos que les suba únicamente un promedio de 2 mil soles a cada uno de los 1,800 alcaldes, esto nos daría unos 3 millones 600 mil soles al mes. En un año, por la sola ocurrencia del Presidente, el Estado peruano despilfarraría casi 50 millones de soles. Y si el incremento es mayor, las arcas públicas sufrirán aún más. Los regidores naturalmente querrán también su aumento; los consejeros regionales y los gobernadores igualmente.

Esto es un absurdo no solo frívolo sino torpe y lesivo en el contexto en el que el empleo escasea, el precio del combustible no baja, el costo de los alimentos sube, la reactivación económica aún no es una realidad y miles de familias viven asfixiadas por créditos que no pueden pagar, sobre todo en este momento del año. A medida que avancen los meses, estas mismas familias irán perdiendo la confianza en sus autoridades locales y el tema del incremento de sus ingresos –dictado desde Palacio– podría convertirse en un gatillador de cólera colectiva, erosionando aún más nuestra débil democracia desde sus cimientos locales.

Esta declaración de Vizcarra demuestra que está de espaldas a los problemas de la gente o que simplemente los desconoce. Temas tan delicados como el avance de la pobreza urbana, el incremento de la anemia, la inseguridad ciudadana, la reconstrucción del norte, el estado de situación de la educación pública, la calidad de atención en el sector salud, el abandono del agro, entre otros, no son materia de interés desde la agenda que el Presidente promueve con dedicación y persistencia hacia los medios.

Otra variante a estudiar es la posibilidad de que Vizcarra sienta que la probable curva de descenso de su popularidad debiera ser revertida a como dé lugar y para tal fin es mejor contar con la anuencia y complicidad de las autoridades locales recién electas. Es decir, con recursos de los impuestos de todos los peruanos, maniobrar para mantenerse con alta aprobación, quizás con el asolapado objetivo de reelegirse.

Finalmente diremos que la segunda etapa del gobierno PPKausa, con el mandatario accesitario en Palacio, ha reafirmado su vocación por el despilfarro, tanto con el empeño en la financiación pública a medios privados como con los sueldos de funcionarios del aparato estatal y, por supuesto, también con las jugosas consultoras para los amigos.

Enrique Valderrama

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