¡Vizcarra se puso la soga al cuello!
A través de las redes sociales, la opinión pública viene expresado su total repudio a la prensa corrupta vendida al oficialismo. Asimismo se ha desvanecido esa fanfarronería, hipocresía, soberbia y sonrisa con que los progre-marxistas –o caviares– recibieran la proclama de Vizcarra convocando a elecciones para abril del año veinte. Y la gente ha manifestado su indignación y rechazo porque los fiscalillos engreídos del presidente Vizcarra –a la vez endiosados por la progresía marxista– llamados Rafael Vela Barba y Domingo Pérez, han ratificado su complicidad con Odebrecht. Cómo será la cosa, que hasta el mismísimo gerifalte Vizcarra ha reculado en su afán por mantener incólume a estos alfiles de Odebrecht al frente del equipo de fiscales encargados de investigar el asalto perpetrado por esta mafiosa constructora brasileña.
¿Qué está ocurriendo? Revisemos. Vizcarra ha tomado tímidamente distancia de Vela y Pérez, luego que ambos ratificaran una declaración advirtiendo que Odebretch sólo podrá ser procesada por cuatro de los veinticinco proyectos que ha ejecutado en el Perú. Alegan, además, que el Estado debe devolverle S/ 525 millones por la venta de Chaglla. En cualquier país del orbe, semejante declaración de amor de Vela y Pérez hacia Odebrecht merecía su inmediato arresto por connivencia con una empresa autodeclarada corrupta. Sospechosamente, al día siguiente Vizcarra los contradecía. “El Estado no debería devolverle nada a Odebrecht”. Tamaño desencuentro obedecería al pánico de Vizcarra a verse muy ligado al caso Lava Jato. ¡Pero ya sin un escudo para protegerse! Porque torpemente Vizcarra ha convocado a elecciones para abril 2020. ¡E incluso ya ofreció renunciar a la presidencia! Tan irreflexiva ha sido su jugada que los comicios tendrían que celebrarse a trompicones. Hasta trasgrediendo los plazos que precisan la Constitución y las leyes. Otro follón. ¡Vizcarra se ha puesto la soga al cuello! En primer lugar, lo más probable es que el país elija un Parlamento igual o peor que el actual. En segundo término, desde el 28 de julio pasado Vizcarra dejo de tener poder al pre-renunciar a la presidencia. Es lo que en Norteamérica denominan “lame duck”. Consecuentemente ya no tiene quien lo blinde. Aunque continúan pendientes las inquisiciones ante el Ministerio Público sobre Chinchero, Club de la Construcción, apoderamiento a Graña y Montero, gobernador en la región Moquegua, etc. Todas advertidas por el ex Fiscal de la Nación Pedro Chávarry. ¡Y recordemos que por esto Vizcarra destituyó al ex Fiscal, además de hacer cuestión de Estado cuando despidió a los fiscalillos Vela y Pérez, precisamente, por dudas sobre su desempeño frente al expediente Odebrecht. A tal extremo que Vizcarra abandonó una invitación oficial a la que asistía en Brasil para retornar a Lima y asegurarse de que Chávarry diese marcha atrás. Dos intromisiones groseramente inconstitucionales del jefe del Ejecutivo ante los fueros del autónomo Ministerio Público. ¡Otra amenaza que pende sobre Vizcarra!
De pronto, aquel autogol de Vizcarra -ese “entonces nos vamos todos”- ha empezado a quebrantar el monolítico idilio entre progresía-marxista, prensa, Ejecutivo y Fiscalía, que les permitía mantener en un puño al país.
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