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Vizcarra: Mentira tras mentira

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Fecha Publicación: 04/01/2020 - 22:00
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Como cualquier régimen golpista, amable lector, el mandatario Vizcarra derrocha su dinero. Lo hace para comprar conciencias de empresarios de medios semiquebrados y de “periodistas” que se dedican a retransmitir boletines propagandísticos preparados desde palacio de gobierno; igualmente dispendia nuestros impuestos en alquilar apoyos de burócratas que sobreviven de mamar al Estado -ministros, alcaldes, gobernadores, directores, etc.-; así como regala los recursos públicos para arrendar los “servicios” de gurúes, politólogos y demás ganapanes que reciben fondos fiscales dizque para “brindar asesoría”, cuando en realidad lo hacen para opinar a favor del mandamás de turno.

El derrochador Presupuesto Nacional que, manu militari -vía ucase de urgencia-, acaba de aprobar el autócrata Vizcarra, refleja este intolerable vicio característico de gobiernos que carecen de respaldo popular. Es evidente que las finanzas públicas atraviesan por malos tiempos. Y es innegable el progreso sin precedentes que consolidó el Perú desde los noventa. Tan solo durante la gestión de Alan García el PBI creció sobre 6.5% anual, en promedio.

Todo fue abruptamente interrumpido por el gobierno que encabezó el reo por corrupción Ollanta Humala. A partir de ese instante el Perú perdió una oportunidad de oro para salir del marasmo tercermundista. Pero claro, la maldición socialista, vestida militarmente -la mismísima combinación que tuvo el velasquismo y luego el chavismo- no podía permitir que nuestra nación dejase atrás la pobreza. ¿La razón? La izquierda sobrevive únicamente cuando existe pobreza, explotando al menesteroso con el cuento que ella “protege” sus intereses. Cuando en rigor lo que hace es vivir como sanguijuela de este mensaje mendaz, derrochando el presupuesto fiscal en dispendios que sirven sólo para autosostenerse en el poder. Exactamente la fórmula engañosa que aplica el mandatario golpista Vizcarra.

Lo comprueba el lamentable 2.6% de crecimiento del PBI registrado durante 2019, culpa de este inservible gobierno fáctico que ha retrotraído a dos millones de peruanos a la letal condición de pobreza, cuando entre 1994 y 2011 tres sucesivos regímenes de centro consiguieron sacar de la miseria a casi diez millones de connacionales.

La incapacidad del régimen Vizcarra -manejado por la claque progre-marxista que perdió en las elecciones, pero se infiltró en el poder a través de Kuczynski y después la consolidaría su heredero- se traduce en ese desastre que es ahora el sistema de Salud Pública peruano. Donde los enfermos hacen dos o tres días de cola -bajo frío o calor- sólo para conseguir un ticket que les “asigna” una cita tres o cuatro meses después; y cuando llega el día, el médico no está, hay huelga de enfermeras, no existen camas disponibles, los tomógrafos no funcionan, los equipos de diálisis están ocupados, etc. ¿El motivo? No hay recursos. Asimismo, la Educación Pública es mamarrachenta y la Seguridad Ciudadana es de vértigo.

El rosario de carencias en los servicios estatales es atroz. La excusa siempre es igual: no hay presupuesto. Sin embargo, sí hay fondos para subirle el sueldo a alcaldes y gobernadores. ¡Claro porque en ese caso Vizcarra consolida poder comprando conciencias, apoyo y aplauso con dinero del contribuyente!