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Vizcarra: la prisión del farsante

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Fecha Publicación: 16/08/2025 - 22:43
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El farsante Martín Vizcarra, exapoderado de Graña y Montero, proveedor de Odebrecht y receptor de coimas de Obrainsa, cayó. Tiene por delante una prisión preventiva de cinco meses y una sentencia que no debería tardar más de cuatro meses, porque su caso está ya bastante avanzado.
La doctora Yeni Vilcatoma, exprocuradora anticorrupción y excongresista, una vez más puso los puntos sobre las íes y disipó cualquier confusión. No tiene miedo de recordarle al país, con precisión quirúrgica, que si Martín Vizcarra está en Barbadillo no es por un capricho judicial ni por persecución política, sino porque las pruebas lo lapidan.
En el programa de Diego Acuña, Vilcatoma —la voz incómoda que se atrevió a denunciar a Odebrecht y todo un entramado de corrupción empresarial— fue clara: en el caso Obrainsa no hay especulaciones; hay pruebas documentadas, hay declaraciones, hay un esquema de coimas que lo comprometen directamente.
La exprocuradora desmontó, también, el fraude que fue el acuerdo con Odebrecht. Esa verdadera traición a la patria, presentada como una obra maestra de la fiscalía, salvó a corruptores y corrompidos. Odebrecht entregó migajas, se lavó la cara y se le permitió seguir contratando con el Estado y, de paso, denunciarlo. Una burla que Vilcatoma denunció desde el inicio. Por eso su voz tiene un peso especial: no es la de una política oportunista, sino de quien se jugó su carrera —y hasta su seguridad— por decir lo que hasta la prensa callaba.
Cuando sostiene que era necesaria la prisión preventiva a Vizcarra porque había peligro de fuga, no especula, lo dice porque existía tal peligro, como en el caso de Nadine Heredia, que huyó al Brasil con la farsa de ser perseguida y allí le dieron asilo.
Vizcarra no es el mártir que sus adulones pintan. Es el rostro más hipócrita de la política peruana: el que dio un golpe blando contra el Congreso, ayudado por el actor sin pena ni gloria Salvador del Solar.
Vizcarra predicaba “lucha contra la corrupción” con un sobre bajo la mesa. Que nadie se engañe: si hoy duerme en el mismo lugar que Toledo, Humala y Castillo no es por venganza ni revancha.
Esta prisión preventiva debe recordarnos que Vizcarra jamás fue un presidente decente, sino un corrupto con banda. Jamás actuó en favor de la patria, sino de sus propios intereses. Y que está ya fuera de la luz pública, sin poder seguir engañando a través de sus ridículos TikToks.
Quizá ahora tenga tiempo para arrepentirse de usar la pandemia para enriquecerse, de vacunarse a espaldas de la población, con muchos de los que hoy le defienden. Es el gobernante que tiene el récord mundial de muertos por mil en pandemia y de haber destruido la economía nacional más que la Guerra con Chile.
Pero esta historia aún no ha terminado, queda mucho de Odebrecht por salir a la luz.

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