Vizcarra: inepto y golpista
La crisis económica amenaza al país. No solo por la actitud parapléjica de Vizcarra y su gente -que mantienen inmovilizada toda gestión de gobierno- sino por la paralización del emprendimiento nacional ante la amenaza golpista del vizcarrismo, que insiste en cerrar el Congreso si este no aprueba su autodisolución y convoca a elecciones generales para abril del año entrante.
Lo que lleva al Perú a una segunda crisis: la política. Pero hay más. El mundo ha entrado en estado de alerta por la guerra de aranceles desatada entre Estados Unidos y China. Esto último afecta la minería, eje de nuestras exportaciones, debido a la baja proyección de crecimiento que asignan los especialistas al gigante oriental -importador preferente de nuestros minerales– tras haberse roto su acuerdo comercial con Washington. La coyuntura es pues muy complicada.
Sobre todo si a semejante escenario le agregamos las paralizaciones mineras por todo el Perú, sumado a ello las amenazas de asonadas que prepara la izquierda, maestra en desestabilizar el país para generar caos y ganar a río revuelto. Lo que lleva al Perú a una tercera crisis: la social. El régimen Vizcarra tendrá que responder pronto ante los tribunales por esta crisis fenomenal que está generándole al país.
La única razón para que esta nación se encuentre en una situación tan delicada es su comprobada incapacidad como gobernante. “El Congreso no me deja hacer nada”, lloriquea hipócritamente Vizcarra, a sabiendas de que el Legislativo ya le aprobó su primer presupuesto, le autorizó que gobierne mediante decretos legislativos -únicos instrumentos que necesita para administrar el país- y ahora se apresta a hacer lo propio con el Presupuesto 2020. Pero Vizcarra insiste. “Si el Legislativo no se autodisuelve y no convoca a elecciones anticipadas, lo disuelvo yo”. No es así. De hacerlo, presidente accidental Vizcarra, cometerá un delito penado. Como es violentar la Constitución provocando un golpe de Estado. Vea usted. La Carta Magna lo dice claramente en sendos artículos El periodo presidencial y congresal dura cinco años. No cuatro ni seis. Dura exactamente cinco años, presidente accidental Vizcarra.
Recuerde cuando Kuczynski lo incorporó como vicepresidente para quitarle el tono “sanisidrino” a la plancha, usted juró respetar la Constitución sabiendo que el periodo de la plancha que integraba era cinco años. Repetimos, no cuatro ni seis. Y por esa plancha -en extrañas circunstancias- votó el pueblo. ¡De modo que usted no es nadie para desautorizarlo! ¿Comprende? Por otro lado, usted tampoco puede clausurar el Parlamento porque la mayoría de sus integrantes son de oposición.
Si usted es tan incapaz que no sabe articular acuerdos con el Congreso -haciendo política para gobernar- pues esta causal no está contemplada en la Constitución. Es más, usted no puede usar la cuestión de confianza para obligar al Legislativo a modificar artículos constitucionales, chantajeándolo con su cierre si no hace lo que usted le impone, en los términos que usted le indica, y en el plazo que a usted le provoca. No, presidente accidental Vizcarra. ¡Eso es golpismo puro y duro, penado con cárcel!