Vizcarra: el criminal
En la vida pública la mentira mata, decía Richard Nixon. Pero este axioma que le costó la presidencia a “Dickie Triky” y lo enlodó en la historia, parece no haberle hecho mella a Martín Vizcarra que, aunque vacado por coimero, sigue como bueno teniendo el apoyo de un amplio sector de la población que se ha graduado de masoquista o fronteriza. Vizcarra es un mitómano contumaz, sin remedio y redención. Por su exclusiva responsabilidad durante su presidencia han muerto extraoficialmente 80 mil peruanos y oficialmente más de 30 mil a causa de la covid-19. Ahora que ya no está y luego de que jurara que en el primer trimestre de 2021 el Perú sería bendecido por la vacuna, para lo cual se creó hasta un comando vacuna que desinteresadamente ayudaría a tomar buenas decisiones al gobierno para estar bien plantados al momento de que el bálsamo se aprobara mundialmente, el Perú quedó fuera del juego de la vacuna hasta el 2022, con segunda ola ya sobre la cabeza. Los expertos han señalado que advirtieron al gobierno de Vizcarra en junio de este año que ya finaliza sobre los nulos avances que se habían hecho respecto a negociar con las grandes farmacéuticas, pero no obtuvieron respuestas. Eran las épocas en que Vizcarra, con el beneplácito de millones de peruanos de dudosa capacidad para la duda, le veía embelesado en sus monólogos sin prensa de lo que fue su gobierno hasta el final de sus días. Allí prometió la vacuna para los primeros meses del 2021.
Lo cierto y concreto es que el gobierno de Vizcarra no hizo absolutamente nada, como tampoco hizo nada con el oxígeno que se agotó, los hospitales y camas UCI que colapsaron, las pruebas moleculares que nunca se aplicaron porque nunca se compraron, y un largo etc. Ahora, en campaña electoral y las clavijas apretándole el cogote por condenarnos a una segunda ola sin la mínima protección de una vacuna para una población pequeña, Vizcarra le echa la culpa al Congreso de su ineptitud alegando que presentó al Congreso un proyecto de ley que autorizara la compra de vacunas. Nada más falso. El proyecto buscaba modificar el artículo 8 de la ley 29459, que versa sobre los productos farmacéuticos, dispositivos médicos y productos sanitarios. En otras palabras, el objeto era validar por excepción que las medicinas (vacunas) a ser usadas en la población son eficaces y seguras. En otras palabras, que le crean a la FDA norteamericana (Pfizer) o a sus similares de las grandes potencias en carrera hacia la vacuna. Y la pregunta es: ¿cuál es la atingencia lógica para que el gobierno de Vizcarra no haya comprado ningún lote de vacunas ni empezado ninguna negociación a la “espera de la aprobación” de este proyecto de ley? Y la respuesta es: ninguna.
Nada tiene que ver en el tiempo ni en la lógica una cosa con la otra. Vizcarra pudo haber cerrado, como lo han hecho otros países vecinos, los tratos con las farmacéuticas y esperar tranquilamente a que se apruebe el visto bueno de que las vacunas adquiridas con el pláceme de la FDA, por ejemplo, son aptas en el Perú para la salud pública (La Autoridad Nacional de Productos Farmacéuticos, Dispositivos Médicos y Productos Sanitarios (ANM). Por último y ya en lo concerniente a este gobierno del señor Sagasti, desde este 11 de diciembre la autógrafa está en el Poder Ejecutivo y este tiene hasta el 5 de enero de 2021 para promulgarlo. Esto prueba que no se necesita ninguna autorización del Congreso para negociar y pagar vacunas como afirma el mentiroso de Vizcarra. Llegamos últimos y las vacunas ya no existen por culpa de este criminal.