Vizcarra: ¡A cerrar el Congreso!
Gonzalo Chávarry, exfiscal de la Nación, fue condenado hace ya un año por el tribunal mediático que dirige esta progresía marxista que ahora ocupa Palacio de Gobierno sin haber obtenido un solo voto de la ciudadanía. Cerca de 2,000 portadas “periodísticas” y alrededor de 2,000 horas en las pantallas televisivas sirvieron de escenario para hacer leña la imagen del enemigo público número uno de la mafia caviar enquistada en el Ministerio Público. Mafia que a decir de los resultados está en evidente contubernio con los dueños de las constructoras peruanas consorciadas con Odebrecht para salvarlos de los penales.
Desde entonces la progresía marxista buscaba convertir aquella condena mediática en una sentencia legal, chantajeando al Congreso para que denuncie constitucionalmente y asimismo destituya a Chávarry. Este proceso empezó formalmente la semana pasada cuando la Comisión de Acusaciones Constitucionales apoyó un informe contra Chávarry. Ayer el turno fue de la Comisión Permanente del Parlamento. Pero no alcanzaron los votos para validar la acusación promovida por el oficialismo con respaldo de la izquierda. Entonces se hizo palpable el chantaje de la progresía palaciega contra el Legislativo, sumándose en bandada los parlamentarios rojos, No solo a la campaña de desprestigio a la institución congresal –sede del poder del pueblo– sino también levantando el caballito de batalla de Vizcarra de clausurar el Parlamento Nacional.
Apenas concluida la sesión de la Comisión Permanente arrancaron las voces vizcarrinas y comunistas demandando que el presidente Vizcarra “haga cuestión de confianza” para que el Pleno del Congreso defina –tal como quieren resolverla los precarios ocupantes de Palacio– la situación de Chávarry. De lo contrario sobrevendrá su clausura. Sin duda Martín Vizcarra navega por una borrasca encrespada. Porque ayer el fiscal Chávarry arremetió contra él enrostrándole haber querido ocultar pruebas relacionadas con hechos de corrupción. Concretamente, el affaire Chinchero. “Tengo que decirlo. (…) El señor presidente Martín Vizcarra no quiere que se sepan temas de corrupción. El señor Vizcarra se molestó cuando reabrí el caso Chinchero, Este proceso se va a acreditar. Y se va a investigar como debe ser, será denunciado por posibles actos de corrupción. Quizá por eso (Vizcarra) no me perdona”, fueron las lapidarias palabras de Chávarry que ayer retumbaron en el recinto parlamentario, concluyendo de esta manera: “Yo no he cometido ningún delito; no he cometido ninguna infracción constitucional que me han atribuido”.
Quien se pronunció de inmediato fue el politizado fiscal Domingo Pérez. "Al ver lo que ha sucedido me indignó y también sentí que este Congreso no me representa. Creo que se tienen que tomar medidas fuertes, constitucionales, como someter una cuestión de confianza. De una vez cambiar esta situación”, sostuvo un también golpista Pérez, que promueve clausurar el Poder Legislativo en línea con Vizcarra y la progresía marxista.
Evidentemente acá existe una delincuencial organización anticonstitucional que tiene su base en Palacio de Gobierno, cuyo objetivo es gobernar sin el contrapeso democrático del Parlamento, sin prensa libre y, asimismo, manipulando obscenamente la Fiscalía y el Poder Judicial. Ni Fujimori/Montesinos condujeron de manera tan dictatorial este país.