Vizcarra alienta un odio vandálico
¡Despierte, amigo lector, antes que sea demasiado tarde! Estamos ante una autocracia inescrupulosa que utiliza a la Fiscalía como Gestapo criolla, para hostilizar a quienes no comulgan con este poder espurio instalado alrededor de Martín Vizcarra. Deshecho el Legislativo opositor –al cual, cobardemente y muy sueltos de huesos, PPK/Vizcarra llamaban “obstruccionista” para desacreditarlo y así evitar que este poder del Estado fiscalizase la labor de un Ejecutivo pervertido e inconstitucional- el golpista Vizcarra ha enfilado contra el Tribunal Constitucional TC por dos razones.
La primera, porque tiene la misión divina de exterminar al “aprofujimorismo” –corriente popular que aún cuenta con simpatizantes en diversas esferas; particularmente en las zonas populares a las cuales Vizcarra les está cerrando la oportunidad de votar por quienes quisieran que las representen- festejando la muerte de Alan García, incitando a que Alberto Fujimori muera en un penal y su hija Keiko purgue 25 años de cárcel, como ha pedido el fiscal gobiernista Pérez. El segundo motivo es evitar que el TC acabe validando la contienda de competencia planteada por Pedro Olaechea, presidente del Parlamento Nacional, contra la maniobra inconstitucional de disolver el Poder Legislativo ejecutada por un presidente fáctico apellidado Vizcarra. Porque de ser validada, Vizcarra sería removido de la jefatura del Estado y llevado a un penal para cumplir esos 36 meses de prisión preventiva que tanto gustan imponer los fiscalillos actualmente a su servicio, mientras la Justicia cumple su tarea para declararlo reo por violentar la Constitución. Estas dos causales orientan la política medular del régimen Vizcarra, que ha abandonado por completo la gestión administrativa de la nación para abocarse a estructurar una táctica de defensa personal.
Por eso no deberíamos dejar que ocurran estos disparates, bajo la ilusión que Dios es peruano o porque alguno alucine que Vizcarra dice lo que piensa. No, amable lector. Todo lo contrario. Dios nos ha abandonado muchísimas veces. ¡Y Vizcarra es un mentiroso contumaz! En consecuencia el riesgo que venimos corriendo es tremendo. Basta comprobar la manera nazista como actúan esos fiscalillos Pérez Gómez y Vela Barba para destruir al Tribunal Constitucional, sirviendo a su amo Vizcarra. ¡Y de paso apoyar al clan progre-marxista, que está ad portas de apropiarse del poder en nuestro país! Días atrás Pérez Gómez calumnió al tribuno José Luis Sardón argumentando hechos falsos, estilo Gestapo. El domingo, el turno fue para el tribuno Ernesto Blume, presidente del TC, sembrándole videos trucados que desprestigian al magistrado y a su consorte. Esto sucede ante nuestras narices. ¡Y nadie protesta! “No pasa nada”, piensa la mayoría. Recordemos a Niemöller: “Primero vinieron por los socialistas, pero no dije nada porque yo no era socialista... Después vinieron por mí, pero ya no quedaba nadie para defenderme.”
Vizcarra ha sembrado un odio fanático entre quienes él cataloga de buenos y malos peruanos; donde los progre-marxistas son los buenos y los apristas y fujimoristas los malos. La lógica detrás de este diabólico divisionismo es protegerse frente al TC, el Poder Judicial y el Ministerio Público. ¡Pero a costa de incendiar el Perú!