Viaje al exterior de la presidenta de la República

Recordando que los temas jurídicos y políticos son en principio materia opinable, considero pertinente abordar el viaje al exterior de la presidenta de la República Boluarte. La mandataria viajó ayer y debe regresar el día de mañana, autorizada por la Resolución Legislativa N° 31862, dictada por el Congreso de la República. Asiste a la IV reunión de presidentes de los Estados parte del Tratado de Cooperación Amazónica, en la ciudad de Belém do Pará, Brasil.

Es el primer viaje al exterior que se le autoriza a la mandataria y la autorización se materializa luego que en junio último se dictó la Ley N° 31810, la misma que a iniciativa del Poder Ejecutivo modificó la Ley Orgánica de ese Poder para permitir que un presidente como la señora Boluarte, que no tiene vicepresidente de la República en ejercicio que la reemplace, pueda salir del territorio nacional y mantenerse a cargo del despacho presidencial empleando tecnologías digitales.

Un anterior deseo expresado de viajar también a Brasil para asistir a la toma de mando del presidente Lula el 2 de enero del año en curso, se vio frustrado pues el proyecto de ley N° 3839 presentado por el Poder Ejecutivo para modificar el Reglamento del Congreso de la República y autorizar expresamente a quien ejerce la presidencia del Congreso a hacer posible ese encargo del despacho presidencial, no fue objeto de decisión congresal.

Más allá de la siempre interesante discusión jurídica sobre el particular, considero que el tema merece ser analizado en su vertiente política, es decir, según la conveniencia de que una presidenta como Dina Boluarte deba o no embarcarse en esos viajes, que en otras circunstancias resultarían de principio inobjetables ya que conforme al diseño constitucional peruano el presidente de la República es Jefe de Estado y Jefe de gobierno y como tal representa a la Nación y dirige la política exterior del país.

La señora Boluarte, sin embargo, ha accedido al cargo de presidenta de la República luego de hacer parte de la fórmula presidencial del vacado P. Castillo que desde el inicio estuvo incompleta por tacha fundada a quien pretendía ser candidato a segundo vicepresidente.

Todo indica que la señora Boluarte no termina de entender que al haber sido ella parte esencial y permanente del nefasto régimen castillista, su arraigo político es en extremo precario, lo que hace deseable que asuma sus debilidades y se apoye en su gabinete ministerial y en los funcionarios de Cancillería, antes que pretender protagonismos en el exterior.

Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.