Venezolano, defiende al país que te dio la oportunidad de una nueva vida

Cientos de miles de venezolanos ingresaron a nuestro territorio -hace más de cinco años- con la única intención de escapar de la miseria en la que los metió el socialismo. Junto a esos migrantes que solo buscan ese derecho que el gobierno de su país les negó, que es el trabajo, llegaron también los delincuentes y extorsionadores. En nuestro país, nuestro hermoso Perú, encontraron esa oportunidad: el trabajo. Ahora, es su deber el proteger esas oportunidades y al país que les abrió las puertas en el momento que ellos lo necesitaban. Los venezolanos de bien y trabajadores deben pronunciarse ante esta ola delincuencial que sus compatriotas están perpetrando en nuestro andino país.
Vivir con la constante sensación de inseguridad en nuestras vidas puede convertirse en uno de los aspectos más limitantes en el desarrollo del ser humano, así como de sus capacidades ideales para generar salidas a una crisis existencial y de desarrollo social. Es complicado lograr esto, si las energías y pensamientos que deberíamos enfocar en el desarrollo y crecimiento de nuestras empresas o trabajo se ven opacadas y distraídas por extorsionadores, cuyo objetivo es destruirte la vida con tal de ganar unos cuantos soles.

¿Dónde están aquellos venezolanos de bien? ¿Dónde están aquellos migrantes que dejaron una vida sin futuro atrás y encontraron un nuevo comienzo en este hermoso país? El silencio no sirve. El silencio es cómplice. Desde el año 2021, se registró el ingreso de más de 1 millón 370 mil venezolanos al territorio peruano por diversas fronteras. Para inicios del 2023, se registraron más de 1 millón 500 mil venezolanos legales e ilegales en el Perú. Esta es la mayor migración que nuestro país ha experimentado y atravesado en toda su historia republicana.

Sin embargo, tenemos más datos que analizar de este universo que se está desarrollando en nuestro país: más del 35,3% de dicha población venezolana no cuenta con documentos legales que los reconozca en el sistema y puedan ser rastreados en circunstancias de peligro, delito o beneficio. Asimismo -y este dato es muy interesante-, el 75,3% de los migrantes venezolanos encontraron en el Perú tanta estabilidad y tranquilidad que sus planes de buscar un futuro mejor se convirtieron en planes de hacer una vida en nuestro país. Al pasar los años, estas intenciones no solo han aumentado, sino que también se han fortalecido. Entonces volvemos a hacernos el mismo cuestionamiento: ¿dónde están esos venezolanos de bien, aquellos trabajadores y esforzados que no se pronuncian en contra de sus compatriotas que han llegado a nuestro país a sembrar el terror y la miseria? ¿Qué necesitan para pronunciarse, rechazar y actuar en contra de esa lacra venezolana que solo está generando que toda la comunidad migrante de Venezuela sea odiada y vista con desprecio por los trabajadores peruanos? ¿Dónde están?

Cuando los ciudadanos venezolanos de bien llegaron al país, fueron rechazados porque diversos empleadores decidieron contratar la mano de obra barata que representaban y despedir a trabajadores peruanos. Los venezolanos experimentaron durante muchos meses el estigma de ser “la población que llegó para quitar trabajo a los peruanos”. Al pasar los años, ese estigma se fue disipando. Hoy, el crimen organizado liderado por delincuentes y extorsionadores venezolanos están generando el siguiente estigma: “los venezolanos llegaron al Perú para joderlo, para robarnos”. ¿Qué están haciendo para evitar ese estigma? ¿No piensan hacer nada para proteger o defender al país que les dio la oportunidad de cambiar sus vidas? El silencio no sirve, el silencio es cómplice. Si valoran todo lo que el Perú hizo por ustedes, es momento de actuar y enfrentar a la lacra que salió de su país, Venezuela.

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