Vamos a ciegas y el precipicio está a la vista…
Todos sabemos que cuando se abre una investigación contra sujetos vinculados a hechos que configuran tipos penales, el director de la investigación debe incluir a todos aquellos que aparecen involucrados desde el inicio, pero también a los que en el curso de las pesquisas van apareciendo vinculados a los hechos originarios y también a los conexos o derivados.
La investigación contra la suspendida fiscal Benavides se abrió por unos chats relativos a los actos realizados por el llamado “filósofo” de apellido Villanueva, quien presuntamente actuaba como gestor de aquella para obtener los votos necesarios para la inhabilitación de la fiscal Ávalos a fin de consolidar la remoción del fiscal Vela como coordinador del equipo Lava Jato, al cual se le cuestiona tanto su ineficacia como un presunto favorecimiento a Odebrecht y a la camarilla delincuencial organizada por un sector de la élite empresarial, así como por el detrimento del erario nacional con gigantescas concesiones a favor de las empresas corruptas.
Bastó el texto de los chats y la JNJ suspendió a ésta en sus funciones como Fiscal de la Nación asumiendo en su reemplazo el decano Pablo Sánchez quien repuso a la coordinadora del equipo investigador que jaquea a Benavides, para luego declinar a favor del fiscal Villena para el cargo de Fiscal interino mientras retornaba del JNE la fiscal Delia Muñoz.
Solo con ese material probatorio se llevaron adelante detenciones y allanamientos de oficinas y viviendas.
Surgió por allí otro chat vinculando al jefe de IDL con movimientos terroristas con nuevas fachadas, filtración que parece le va a costar la carrera al jefe de la Dircote a quien sin contemplaciones pasarían al retiro.
El mismo jefe de IDL también aparece, según las noticias aparecidas en los medios, como quien tendría amenazado a Villena con no se sabe qué, evidenciando que el poder en la fiscalía sería el suyo.
No hubo detenciones ni allanamientos.
Ahora han allanado viviendas y oficinas de un exlíder aprista y de un abogado junto a otros funcionarios de menor nivel en la fiscalía por una presunta presión sobre la JNJ para que nombre fiscal suprema a Benavides, con lo cual, ya el espectro delictivo se extiende y alcanza también a los miembros de la JNJ.
Tampoco hay nada en contra de éstos.
La señora Boluarte sale en defensa de su hermano Nicanor envuelto en una serie de cuestionamientos y, metiéndose donde no debe, mientras el país se debate en profunda crisis económica y social, brinda su respaldo a la JNJ a pesar de tener una hermana trabajando como asesora en dicha entidad.
Todo parece apuntar como comentó un amigo, a destruir cualquier oposición propiciando el retorno al poder del conglomerado vizcarrista, humalista y perulibristas con los caviares en la sombra.
¿Qué democracia es ésta?
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