USAID financió el extremismo latinoamericano
De un tiempo a esta parte —concretamente, desde inicios del presente siglo— Occidente ha convivido con unos monstruos que se han nutrido del capitalismo para amamantar al neocomunismo, revestidos de buenistas, dueños de la verdad y, además, transformadores del universo. Gentuza decidida a que el hombre sea mujer y viceversa, y donde solo manda una cúpula totalitaria que maneja todos los hilos, digitados por la camorra caviar —como jerarcas del siglo XXI— organizada para corromper al mundo. Hasta Estados Unidos cayó en la trama de los caviares, convertido ilimitada y descontroladamente en financista de las fechorías de esos instrumentos causantes del actual caos mundial.
Tamaña estupidez nace del llamado Partido Demócrata norteamericano, desde que Jimmy Carter, Bill Clinton, Barack Obama y Joe Biden presidieron la primera potencia mundial, a través de la política buenista de la izquierda norteamericana, culpable del florecimiento de la decadencia en Occidente impulsada por la prédica antiyanqui de las ONG (organizaciones no gubernamentales).
En menos de un mes a cargo de la presidencia de EE. UU., el presidente Donald Trump ha destapado la olla de grillos que cocinaba USAID, la agencia norteamericana dedicada a canalizar billones de dólares anuales como ayuda al mundo occidental. Entre las entidades favorecidas figuran no solo ONG, sino incluso medios de comunicación; todos vinculados al mundillo caviar, culpable del actual estado de agonía en que se encuentra la democracia peruana y, consecuentemente, responsables del desarrollo alcanzado por el comunismo y sus sucedáneos: el totalitarismo, el marxismo y su inevitable secuela, el caos generalizado en que se encuentra no solo nuestro país, sino Latinoamérica entera.
Con buen criterio, el congresista Fernando Rospigliosi, de Fuerza Popular, sugiere que “la Mesa Directiva del Congreso informe al Gobierno norteamericano sobre los modos de financiamiento, por parte de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), a medios de comunicación peruanos, para evitar que USAID continúe financiando a empresas comunicadoras del Perú.”
Rospigliosi considera “imposible contar con la intervención de la Cancillería peruana debido a que está ideologizada con funcionarios izquierdistas, como el canciller Schialer (…) Resultaría importante que la directiva parlamentaria se dirija al Gobierno norteamericano, en particular al secretario de Estado, Marco Rubio, señalando claramente que no está de acuerdo con la política torpe de financiación a estos medios y a las ONG que hacen campañas nefastas para el Perú y, también, para el Gobierno de EE. UU. Creo que la decisión debería tomarla la Mesa Directiva del Congreso. Desgraciadamente, el Poder Ejecutivo no lo va a hacer”, dijo Rospigliosi en declaraciones a Expreso, agregando que considera “muy necesaria la creación de una comisión especial dedicada exclusivamente a poner freno a la intervención de USAID en el financiamiento de movimientos radicales (…) Alguna comisión congresal podría dirigirse al Gobierno norteamericano (…). En el Perú, diversos medios han recibido dinero de USAID de manera encubierta, a través de ONG, para sostener las ideas ‘woke’ izquierdistas. Las organizaciones de periodistas y los medios caviares están mudos. Ahí sí no hacen escándalo”, concluyó.
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