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¿US$ 27,000 millones quemados por gusto?

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Fecha Publicación: 11/06/2020 - 22:00
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No necesariamente por ser joven y haberse educado en el exterior deberíamos hacer actos de fe por nuestra ministra de Economía. La juventud no siempre es sinónimo de experiencia, como tampoco haber estudiado en el exterior es homólogo de sapiencia. Y, por último, una gota de agua no la percibe un océano. Esto último con relación a que la ministra Alva pertenece a un gabinete ministerial presidido por un mediocre que depende de un mandatario definitivamente ignorante en materia de gobernar el país. Ahora veamos los hechos. El presidente del BCR –experimentado banquero– propuso al gobierno hacia finales de marzo que el Banco Central garantice prestamos hasta por US$ 10,000 millones para evitar que las empresas paralicen actividades, despidan fuerza laboral, ingresen en iliquidez, se declaren en quiebra y, consecuentemente, se rompa la cadena de pagos. Después de casi dos meses, el gobierno (el MEF) creó un programa que llamó “Reactiva Perú” –al estilo velasqista, usando el apellido nacional– destinado presuntamente a aliviar la crisis terminal que ahoga a las pymes. Semanas después el MEF duplicó a US$ 20,000 millones la cifra propuesta por el presidente del BCR. Ya han transcurrido 75 días y el país desconoce el destino de esos US$ 20,000 millones.

Por su cuenta el MEF sumó a esa cifra otros US$ 7,000 millones para otorgar un supuesto “bono para los pobres” por S/ 720. Tampoco el país conoce nada de esto. Vale decir, de un porrazo –con aval del BCR– el MEF habría dispuesto de US$ 27,000 millones, equivalente a la deuda externa que nos llevó a la quiebra los años ochenta. ¡Pero las empresas continúan haciendo agua! ¿La razón? El cacareado reinicio de actividades económicas sigue postergándose por incompetencia de este gobierno. En consecuencia, por más pergaminos universitarios que exhiba la titular del MEF, al final del día su gestión está en entredicho por culpa del infamante consejo de ministros al cual pertenece. En otras palabras, a la ministra Alva le faltó experiencia, malicia, olfato. En resumen, aquella trayectoria que otorgan los años para poner en práctica la teoría.

Esta deducción, simple y lógica, sólo puede entenderse porque la jefa del MEF guarda sepulcral silencio –en solidaridad con el gobierno al cual pertenece– respecto al origen, destino y uso de esos supuestos US$ 27,000 millones que ya habría dispuesto, dizque para sostener al sistema empresarial, mantener la estabilidad laboral y evitar la ruptura de la cadena de pagos. Solidaridad que, peligrosamente, se convertirá en complicidad si guarda silencio. Porque las cuadernas del sistema empresarial crujen cada día más. Las empresas han licenciado a cientos de trabajadores –El Comercio lo ha hecho con centenares de ellos–; el desempleo formal estaría cifrando 70%; la calle está llena de informales que atiborran la capital en procura de monedas para sobrevivir. En otras palabras, la economía no sólo está estancada. ¡Está recesada! ¡Y encima la pandemia sigue avanzando! ¿Querría decir esto que el régimen del inepto Vizcarra ha quemado US$ 27,000 millones por gusto? Mientras el oficialismo siga escondiéndole/falseándole cifras e información fidedigna al pueblo, debemos dar por cierta semejante barbaridad.