Unidad para hacer al Perú grande otra vez

Esta semana fui invitado a participar en el Panel: “Perú. ¿Hacia dónde vamos?”, organizado por el Instituto de Libertad y Acción para el Desarrollo – ILAD; en donde, junto a otras importantes figuras de la política nacional, expusimos nuestras reflexiones sobre la situación actual del Perú.
Lo mencioné en el evento y lo sigo ratificando: nuestro país atraviesa no solo una profunda crisis económica y de seguridad ciudadana, sino también una profunda crisis moral, cuya solución no pasa únicamente por dedicarnos a velar por el “modelo económico”, sino también por promover valores que se pongan en práctica en todo ámbito de nuestra sociedad, desde el hogar más humilde hasta el Palacio de Gobierno. Es momento de una necesaria reafirmación de los principios sobre los que se fundó nuestro país, y tomar decisiones de cara al futuro que soñamos para nuestros hijos.
Hemos tenido y aún tenemos a un enemigo común contra el cual nos enfrentamos de muchas maneras, y es el comunismo. Muchos, en su momento, nos volcamos a las calles para marchar por la paz; nos movilizamos desde las elecciones de 2021 en defensa de nuestra democracia, convencidos de estar haciendo lo correcto, y convencidos también de que todos, y no solo una persona, contribuimos para que hoy sigamos viviendo en democracia.
Pero esta amenaza no ha terminado, aquella misma facción social y política que respaldó el proyecto criminal de Castillo se reagrupa hoy a través del etnocacerismo, ofreciendo muerte, persecución y cárcel; un proyecto de entraña fascista y racista que pretende destruir los fundamentos de nuestro país, de nuestra historia y hasta de nuestras creencias religiosas.
Esta es la herencia nefasta de quienes nos dejaron una “reforma política” fracasada que ha permitido que hoy tengamos partidos y candidatos que abiertamente ofrecen ponerle fin a nuestra democracia y correr el riesgo de repetir la historia de Venezuela.
Frente a este nefasto panorama, si hubiera una palabra para resumir en una sola acción lo expuesto, sería la Unidad. Unidad para derrotar a las fuerzas del odio, la corrupción y el fanatismo de aquellos que pretenden instaurar un modelo totalitario, criminal y empobrecedor; Unidad para volver a colocar al Perú en los ojos del mundo, como el milagro económico de Latinoamérica; Unidad para que nuestro país sea nuevamente el destino turístico que le muestre al mundo la grandeza de nuestro pasado y la promesa de nuestro futuro; Unidad para que haya hambre cero, educación y salud de calidad, sobre la base del bien común; ¡Unidad para hacer al Perú grande otra vez!

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