Una nueva “pareja presidencial” y la reiterada usurpación
En el Estado peruano las responsabilidades y funciones de los servidores públicos están delimitadas y detalladas. Todos aquellos que reciben un sueldo del tesoro público responden por sus actos de acuerdo a ese esquema preestablecido, por lo tanto sus decisiones están sujetas a control. Cuando una persona empieza a tomar decisiones importantes fuera de ese marco comete delito de usurpación de funciones. La precariedad de nuestros presidentes más recientes, en particular de Ollanta Humala y Martín Vizcarra y su poca instrucción y cultura política, ha ocasionado que algunas personas tomasen decisiones por ellos, con su anuencia e impulso. Parte de nuestro drama es que varios de quienes han ocupado la primera magistratura han empoderado a gente que nadie eligió por un lado y por otro lado han tenido que seguir el guión que la “Constructocracia” (Odebrecht + “Club de la Construcción” les ha dictado y preparado.
Esto también lo hemos vivido en épocas más oscuras; el ex asesor presidencial de Fujimori, Montesinos despachaba con los congresistas de la bancada oficialista en los 90, los instruía en cuestiones que hoy parecen formar parte del libreto vizcarrista, como cuando les dijo que se podía perder incluso la mayoría parlamentaria, pero que lo importante era mantener el control del sistema de justicia. Vladimiro además conducía las decisiones más importantes en el Ejército del Perú y en la áreas más sensibles de la administración pública. Hoy está recluído por múltiples delitos, que en buena cuenta son consecuencia de asumir decisiones que no le correspondían, por ejercer poder sin ningún freno y sin ninguna responsabilidad.
Nadine Heredia despachaba con ministros, nombraba, a través del poder que le confiaba de manera informal su esposo, funcionarios de alto nivel y además negociaba con los corruptores brasileños de Odebrecht las contraprestaciones que estos le facilitaban a cambio de condiciones ventajosas en obras de infraestructura pública, como el iconico Gasoducto del Perú. Entre los múltiples delitos por los que será condenada sin duda figura la usurpación de funciones. En buena cuenta durante el 2011-2016 reinó Heredia Alarcón, casi sin ningún contrapeso.
Hace unos días nos hemos enterado que la secretaria general de Palacio de Gobierno, Míriam Morales, ha asistido a una reunión en Canadá, en “representación” de Vizcarra, a la misma reunión asistieron un par de ministros de Estado. Es obvio que sus funciones como secretaria general de Palacio no le permiten ejercer una vicepresidencia de facto o “representar” al mandatario en nuestra relaciones con los gobiernos o actores importantes de otros países. Fuentes de este diario afirman que además cuenta con un asiento en un directorio en un lugar estratégico y que su opinión pesa cada día más el rumbo que toma el oficialismo. Vivimos en un país en el cual las lecciones del pasado no se aprenden y Morales aparece como quien recoge hoy el legado de corrupción y manipulación de Montesinos y de Nadine. Esperemos que su destino no sea el mismo.