Una farsante

La presidenta del Consejo de Ministros (PCM) Mirtha Vásquez es una de las más descaradas farsantes que ha sufrido la política peruana en la historia reciente. Ella hizo su carrera fingiendo ser ambientalista, ecologista, en la ONG Grufides del ex cura Marco Arana, y así llegó al Congreso y luego a la PCM. Ahora quiere legalizar el cultivo de coca que se destina al narcotráfico y que es, junto con la minería ilegal, la peor amenaza al medio ambiente que existe en el Perú.

En 1978, cuando el narcotráfico empezaba a crecer, se estableció un padrón de cocaleros legales que deberían vender su producción al Estado para el consumo tradicional. Eso significa que todos los que a partir de esa fecha siembren nuevos cultivos de coca son ilegales y por tanto pasibles de ser erradicados forzosamente.

La erradicación de la coca ilegal –acompañada del desarrollo alternativo- es el método más eficaz para combatir el narcotráfico, quitándole el único insumo insustituible para la producción de cocaína, la hoja de coca.

Si se hace lo que los narcotraficantes y Mirtha Vásquez proponen, empadronar a todos los actuales cocaleros -el 2020 hay 88,200 hectáreas según el gobierno de los EE.UU.-, el Estado no podrá erradicar la coca ilegal, que es el 95% de ese total. En la práctica, significa legalizar la coca ilegal y el narcotráfico.

Al costado de los cultivos de coca están las pozas de maceración donde se produce Pasta Básica de Cocaína (PBC) y ocultos están los laboratorios que transforman la PBC en cocaína. Para procesar la hoja de coca se utiliza ácido sulfúrico, ácido muriático o ácido clorhídrico, cemento, amoníaco, acetona, permanganato de potasio, cal, kerosene, cloruro de calcio. (Ver Nicole Bernex, “El impacto del narcotráfico en el medio ambiente. Los cultivos ilícitos de coca, un crimen contra los ecosistemas y la sociedad”, en “El mapa del narcotráfico en el Perú. Amenaza a la seguridad”, IDEI).

Allí se consigna que, por ejemplo, según un estudio de 1986 se arrojaron a los ríos 57 millones de litros de kerosene, 32 millones de litros de ácido sulfúrico, 16,000 toneladas de cal viva, 6’400,000 litros de acetona, 3,200 toneladas de carburo, entre otros contaminantes. Eso en un año.

Además se usan 800,000 litros de insecticidas, fungicidas y herbicidas al año. En tres décadas desde 1980 se deforestaron dos y medio millones de hectáreas de bosques amazónicos para sembrar coca. Todo eso implica “pérdida de suelos, disminución de recursos hídricos, pérdida de biodiversidad y quiebra de las funciones vitales de los ecosistemas” y contaminación de aguas y suelos.

Tardará entre 50 y 150 años recuperar la cobertura vegetal de las hectáreas deforestadas y 500 años la renovación de 2.5 centímetros de suelo.

Eso es lo que defiende la “ambientalista” Mirtha Vásquez. En realidad, una comunista disfrazada de ecologista para arruinar la minería legal y propiciar el narcotráfico. ¡Farsante!

Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter e Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.