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Un trozo del Paraíso

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Fecha Publicación: 14/02/2023 - 22:45
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Un conjunto de edificios de doce pisos con 249 departamentos de lujo ubicado en la ciudad turca de Antioquia, capital de la provincia de Hatay, colapsó en los dos grandes terremotos que tuvieron lugar recientemente en la frontera entre Turquía y Siria. La promoción inmobiliaria que aseguraba que estaba construido con los más altos estándares técnicos, bautizó al complejo con un nombre que ahora resulta paradójico: Un trozo del paraíso.

Un millar de personas vivía en los edificios. Se presume que la mayoría falleció, aunque equipos térmicos ha comprobado que aún hay sobrevivientes. Como en todos los grandes sismos, las primeras horas son claves para encontrar sobrevivientes. Cada día son menos los rescatados y los desaparecidos pasan a engrosar la lista de los muertos. Entre estos últimos, se halla el futbolista ghanés Christian Atsu, que jugó en el Málaga y el Chelsea y ahora forma parte de la plantilla del Hataysport. Al escribir esta nota los fallecidos superan los 28 mil.

El presidente Erdogan ha ordenado ya varios arrestos de constructores a los que se acusa de negligencias, dentro de un sistema de licencias que favorecía la informalidad y la corrupción. Miles de edificios se han venido abajo pese a que, como en el caso del complejo de Antioquía, exhibían licencias en las que constaba que eran construcciones antisísmicas.

El trozo del Paraíso desapareció de un momento a otro. Sus imponentes estructuras se quebraron y se apilaron unas sobre otras, sepultando a más de mil personas. Convertido en infierno, este paraíso fue borrado del mapa. El histórico, se ubicó, hace 100,000 o 200,000 años, en una región del sureste de África. Desde allí el homo sapiens emprendió su camino extendiéndose hacia Asia y Europa, donde, hace 30,000 o 50,000 años, se formaron las poblaciones de las que descienden las razas actuales.

Todos los paraísos humanos se derrumban como el de Antioquía, porque, como escribió Marcel Proust, los verdaderos paraísos son los paraísos perdidos.

Jorge.alania@gmail.com

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