Un Senamhi para la gente común, no para científicos
Fuertes lluvias azotaron literalmente la región Ica la semana que termina, dejando un saldo de 2,817 viviendas afectadas, colegios, establecimientos de salud, vías de comunicación y hectáreas de cultivos, según información oficial del Instituto Nacional de Defensa Civil – INDECI.
Ciertamente, las lluvias entre moderadas a intensas ya tienden a ser recurrentes en la costa peruana debido al “cambio climático”, modificación de la temperatura que mucha gente en el poder se resiste a aceptar, negacionistas que, viéndolo todo natural, ningunean los nocivos efectos del calentamiento global. De ahí la falta de prevención, sobre todo en materia de desastres naturales.
Lo acaecido en las provincias de Nasca, golpeada por lluvias y huaycos, e Ica provincia, que batiera récords de precipitaciones pluviales en 60 años, con 38.8 mm, dado a conocer por el especialista Abraham Levy en su cuenta en X, debieron ser eventos informados oportunamente a la población por el ente técnico estatal Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú – SENAMHI.
Si bien, hay que reconocerlo, son activos en las redes sociales, mecanismo inmediato de información de la ciudadanía, el manejo de la información está más dirigido a científicos y no a la gente común y silvestre, que se echa a buscar la voz oficial en materia de clima a efectos de tomar decisiones, en estos casos, precauciones que pudieran paliar sus efectos.
La única información en las redes que se tuvo, inclusive los días mismos de los eventos 12 y 14 de febrero, fue el pronóstico de lluvias en la sierra de las provincias de Ica, por lo cual, al menos la gente de la costa y de la urbe propiamente, hizo su jornada diaria normal sin adoptar mayores medidas de prevención (revisar los refuerzos de sus techos, alejar de los tragaluces sus bienes y aparatos eléctricos, revisar sus conexiones de luz, abastecerse de plásticos, etcétera).
El Estado no anunció el megaevento de lluvias y chubascos que golpearon a la región Ica. Aún al momento en que estas caían en sus ciudades y la población quería saber hasta qué hora durarían los eventos, se limitaban a compartir algunas imágenes reportadas de las zonas, sin mayor detalle ni explicación.
De los eventos naturales, las lluvias y hasta los propios chubascos, estos últimos que cayeron el viernes 14, precipitaciones de gran intensidad pero no de tan larga duración, lo suficiente para anegar calles y afectar viviendas y locales comerciales, son predecibles, a diferencia, por ejemplo, de los sismos.
Se estima que los meteorólogos del SENAMHI trabajan con radares para detectar la formación de chubascos, aun a pocas horas de presentarse, y es su deber hacerlo saber, además de a las autoridades que conforman el Sistema Nacional de Defensa Civil, a los pobladores, por la vía más rápida y socialmente recurrente, la de las redes.
Es derecho de la gente saber cuándo y dónde caerán las lluvias y chubascos, y esas alertas deben ser completas y certeras (no como lo de la región Ica, donde se anunciaron lluvias solo en la sierra), sobre todo si el clima presenta anomalías de última hora.
Estamos en pleno verano, las precipitaciones continuarán. Esperemos que, en la interna, en el SENAMHI, se hagan los ajustes y reingenierías urgentes que se requieren para proveer información oportuna y de lenguaje sencillo y entendible para todos, y no solo para los especialistas en climas.
PREVENCIÓN.
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