Un peligroso fiscal inoperante
¿Por qué se hace el tonto el Fiscal de la Nación, Juan Carlos Villena?, alucinando que con alargar el caos y la agonía del Ministerio Público las cosas se solventarán solas y retornará la paz al hoy nido de víboras hambrientas de venganza, de dinero, pero sobre todo de poder, en que los caviares han convertido a la Fiscalía de la Nación, como estrategia exitosa para hacerse de un fortín capaz de disparar fuego cruzado a palacio de gobierno, al Congreso de la República, al Poder Judicial y a cuanto organismo se atreva a criticar a este monstruo de mil cabezas que tiene secuestrado al Perú; incluyendo a los políticos con quienes la mafia no simpatice o al empresario que, ilusamente, confía en que continúa imperando el Estado de derecho en su país.
Es tiempo que el fiscal Villena se baje de la nube que le rodea, como Fiscal de la Nación de turno. Si no quiere acabar él mismo en la moledora de conciencias que opera en la avenida Abancay; precisamente desde donde él sigue despachando, cuidándose muy bien de no tocar a los tótems Pablo Sánchez, Zoraida Ávalos y todo el resto del clan caviar que tiene secuestrada esa institución, con ayuda y complicidad del inefable Gorriti, responsable del montaje del culebrón “los cuellos blancos”, razón originalmente utilizada para secuestrar el Ministerio Público.
Pero defendiéndose usted, fiscal Villena, no defiende a los 33 millones de seres humanos que pueblan esta nación, a quienes constitucionalmente usted se debe. En otras palabras, estaría usted gastando pólvora en gallinazo fingiendo ser Fiscal de la Nación, cuando en realidad ya es un Fiscal mediatizado, dominado, rebasado, ignorado incluso por muchos de sus pares. Y esta figura, fiscal Villena, lo descalifica no solo moral sino políticamente para que siga ejerciendo el cargo. Si usted no tiene el coraje necesario para poner alto al crimen al interior de la Fiscalía, retírese de allí. Pero lo que no debe hacer es seguir sesgando sus obligaciones; o como vemos, incumpliéndolas a modo de escudo para defensa propia. Estrategia que, más fácil de lo que cree, le jugará una mala pasada.
Su conducta alrededor de diversos casos recientes es claramente deplorable, pusilánime y ajena a la ley. Usted no ha movido un dedo luego de que la ciudadanía tomara conocimiento de que el sujeto Gorriti llamó por su celular directamente al ex fiscal Pablo Sánchez, a increpar y exigirle que, en el acto, llame al fiscal destacado para realizar una diligencia en el IDL, propiedad entre otros de Gorriti, y le ordene retirarse a la mitad de una audiencia formalmente constituida. Tampoco ha ordenado que se investigue el cúmulo de denuncias públicas que pesan sobre los fiscales Rafael Vela Barba y José Domingo Pérez. Este último se presentó trajeado de matón, pistola al cinto incluida, en una audiencia en el Poder Judicial. Usted, fiscal Villena, deja hacer, deja pasar todo aquello que compromete a la mafia caviar que mantiene secuestrada a la institución que usted dirige. La lista sigue.
Esto no debe ni puede continuar un minuto más. Porque, más temprano que tarde, caerá sobre usted el peso de la ley frente a las graves responsabilidades que viene incumpliendo, quizá a manera de conciliar con los invasores de su institución. Pero usted, más que nadie, conoce que la ley está primero y debe cumplirse.
¡Cúmplala al pie de la letra, o renuncie usted al cargo!
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