Un orgasmo culinario, eso es lo que provocamos

La felicidad se encuentra en momentos específicos y en detalles importantes. No es permanente. Nuestro país es un oasis de esos momentos y aquellos detalles que se juntan en algo muy poderoso: cultura. Por muchos años hemos ganado reconocimientos que nos ponen en la realeza culinaria y turística del mundo. Eso es, señores, el mundo -el mundo mundial, como me gusta decirlo-; y no basta con ser buenos en lo que hacemos, debemos ser excelentes. Nuestra cultura es nuestra mayor riqueza.

¿Por qué menciono que debemos ser excelentes en lo que hacemos? Porque los ojos del mundo están sobre nosotros. La atención y curiosidad en aumento de cada persona, comunidad y cultura que tenga la capacidad económica para volar a esta parte del mundo, ya sea para conocer, divertirse o invertir; están sobre lo que nosotros ofrecemos y los expertos dicen que somos muy buenos: nuestra cultura y gastronomía. Por ello, nuestra presentación, trato, atención, limpieza y comportamiento deben ser entrenados y perfeccionados. Por un motivo simple, los turistas están pagando su dinero para obtener un servicio o un producto. Esa es una razón suficiente para ofrecer algo que en todas sus aristas va a generar la imagen y reputación de nuestro país.

En el 2021, el New York Times nos catalogó como el epicentro culinario de América del Sur. En el 2012, el Perú ganó el premio como Mejor Destino Gastronómico del Mundo en los World Travel Awards; que según los conocedores de estos premios, son los Óscar del Turismo. Y en el 2022 y 2023, ganamos el mismo premio en la misma categoría. Vamos a incluir que hace unos días, dos de nuestros restaurantes con sabores e ingredientes bien peruanos fueron elegidos los mejores del mundo en la lista de The World‘s 50 Best: Central y Maido. Entonces, ¡We are amazing!

Nuestro país es considerado la realeza culinaria de América Latina y el mundo por buenas razones. ¿Alguien podría discutir sobre la variedad, tradición, fusión de culturas y la originalidad de sus ingredientes? ¿Quién puede negar la majestuosidad del sabor del ceviche? ¿Quién puede negar el sabor único de la patasca, el caldo cabeza o el caldo de gallina? Aquel que prueba nuestra comida nunca vuelve a ser el mismo. Un orgasmo alimenticio: eso es lo que provoca nuestra comida.

Como decía la abuela de Peter Parker: “un gran poder conlleva una enorme responsabilidad”. Los peruanos tenemos en nuestra comida y cultura un poder que muchos países del primer mundo desearían tener. Pero considero que no lo vemos en la magnitud que deberíamos y merece. No basta con tener la mejor comida; debemos poner atención a los detalles: nuestra atención, la limpieza, la educación, la forma y el trato que damos al turista. La imagen que proyectemos con los turistas es la imagen que difundirán en sus países. Miles de peruanos han salido de la pobreza explotando aquello en lo que somos buenos: cocinando.

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