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A un mes de la tragedia de VES

Fecha Publicación: 22/02/2020 - 21:20
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Hoy se cumple un mes de la tragedia ocurrida en Villa El Salvador (VES), en la que resultaron varias personas muertas y numerosos heridos con quemaduras en el 80% del cuerpo -28 fallecidos hasta el momento- a causa de la deflagración de una cisterna de gas que produjo un incendio de enormes proporciones.

La solidaridad del pueblo peruano de a pie se manifestó inmediatamente, cuando el personal de salud solicitó unidades de sangre para las víctimas, se formaron colas interminables, principalmente de jóvenes, para donar sangre. Asimismo los vecinos y diversas instituciones ciudadanas se acercaron a ayudar a los damnificados. Importante fue la piel donada por Brasil y

Estados Unidos, ya que en el país se carece de un banco de piel abastecido para estas emergencias.

También acudió el Ministerio de Vivienda para colocar carpas donde se refugiarían quienes perdieron sus casas, por la tragedia. Criticados fueron algunos candidatos que hacían campaña para las elecciones congresales extraordinarias, y quisieron aprovecharse de la desgracia ajena, a fin de hacer propaganda política a pocos días del sufragio del domingo 26.

Extrañó que el presidente Vizcarra no se acercara al lugar de la tragedia sino hasta 18 días después, cuando el número de víctimas mortales subió a 26 y los vecinos reclamaban su presencia, más aún cuando el hecho doloroso se produjo en la misma ciudad capital, sede del Gobierno. Nos recordaba el hecho sucedido hace 50 años, cuando la joven Reina de Inglaterra, Isabel II, pasó por algo parecido durante la tragedia del colapso de una mina de carbón en Aberfan, al sur de Gales, que arrasó una escuela. Ella se negó a ir en un principio y viajó 8 días después, por lo cual la calificaron de “dura, distante y fría” en su relación con el pueblo galés.

Una tragedia -la de VES- que podría haberse evitado, si Osingergmin, la entidad estatal encargada de fiscalizar las condiciones en que se transporta el gas, hubiera hecho bien su tarea; lejos de ello, contrató a una empresa con el propósito de que su director enfrente con éxito a la opinión pública, pagando más de 34,000 soles de nuestros impuestos. Fue después de los hechos fatales, cuando esta entidad se acercó a las instalaciones de Transgas y comprobó que tenía 2 mil balones y funcionaba de manera clandestina.

A un mes de la tragedia, los involucrados, como es común en estos casos, se lavan las manos, echándose la culpa mutuamente, para no asumir su responsabilidad. En consecuencia, tanto el gobierno central y local, como los particulares –Transgas, dueños del negocio ilegal del transporte de gas- no han satisfecho el clamor de los familiares de las víctimas ni de los vecinos de VES.

En Lima las personas que ven pasar las cisternas de gas por todas las avenidas y calles, temen que en cualquier momento pueda suceder otro drama igual. ¿Estará en condiciones Osinergmin de asegurarnos que ha mejorado su trabajo fiscalizador renovando cuadros? ¿Estarán en condiciones los alcaldes de Lima y VES de asegurarnos que las avenidas y calles se van a nivelar para que estas cisternas no encuentren obstáculos? ¿Estará en condiciones el gobierno de asegurarnos que va a reconstruir las viviendas afectadas? No sabemos. Es por eso que la población de VES no recibió con agrado la tardía visita del Presidente y hasta exigió que se firme un acta avalando sus promesas, “hechos y no palabras que se las lleva el viento” le gritaron.