Un Estado crecientemente incapaz

De los S/ 15,833’483,964 girados por el Estado a los gobiernos regionales —para que ejecuten proyectos aprobados en el Presupuesto del año en curso— los entes regionales únicamente gastaron el 56 % hasta el mes de octubre, confirmando no solo una intolerable incapacidad, sino un desconocimiento absoluto para estar a cargo de cualquier gestión pública. Esto al margen del cada vez más espinoso problema de la corrupción. Año a año, los gobiernos regionales demandan cada vez más recursos provenientes de las arcas del Estado, bajo la excusa de ser indispensables para la ejecución de sus proyectos. Una costumbre pervertida, porque con semejante falacia le restan recursos a otros entes nacionales, que fácilmente podrían ser más útiles para aliviar tanta angustia existente, sobre todo en los estratos más pobres del país. O, por último, dichos excedentes —que acabarán no siendo usados este año por los gobiernos regionales, aunque forman parte del Presupuesto de la República 2024— debieron haber sido adjudicados, más bien, a planes de emergencia alimenticia y/o sanitaria, que alivien tantas enfermedades que padecen millones de peruanos, apelando a programas de salud atendidos por la red de hospitales del Estado que, por ejemplo, está absolutamente desabastecida de medicinas.
Ayer, EXPRESO dio cuenta de que el portal de Transparencia Económica revela que, al cierre de octubre —dos meses antes de concluir el año—, los gobiernos regionales únicamente han gastado el 56 % de los casi 16 mil millones asignados en su presupuesto actualizado 2024.
No obstante, confirmando la colosal ineptitud que exhibe este gobierno, el presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén, anunció que el presupuesto para los gobiernos regionales en 2025 “será igual o mayor que el del actual año fiscal”. Pero, ¿acaso este caballero sabe lo que dice o solo habla para la platea, como suelen hacer los demagogos de toda la vida? Con toda seguridad, amable lector, hasta antes de la publicación del citado informe publicado por este periódico, radiografiando la incapacidad de gasto (honrado, no corrupto) que tiene el Estado peruano —confirmada, en esta ocasión, a través de la ineptitud de las administraciones de los gobiernos regionales para ejecutar las obras para las cuales demandan ingentes correspondientes—. Es evidente, amable lector, que el primer ministro Adrianzén tampoco tiene la más pálida idea respecto a lo que significa la ejecución presupuestal; tanto que acaba de decir, repetimos, que “el gobierno repetirá la cifra presupuestada —pero ejecutada únicamente en un 56 %, estando a un mes de acabar el año— en el Presupuesto General para el 2025”.
Caso aparte en el importante informe publicado ayer por este periódico es el del Municipio Metropolitano de Lima, donde de S/ 184’305,642 presupuestalmente asignados, hasta octubre solo ha gastado un 23.2 %.
Por donde se le mire, el Estado peruano ha tocado fondo, motivado por impresentables lacras como son la corrupción, su incapacidad en materia de ejecución y cumplimiento y, fundamentalmente, la gravísima intromisión de poderes exógenos a la marcha del Estado, conducido por los poderes Legislativo y Ejecutivo, constantemente perturbados por los también corruptos Poder Judicial y Ministerio Público.

Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, X, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.