Trump, el elegido
La victoria del Partido Republicano liderado por Donald Trump fue contundente: ganó tanto el colegio electoral como el voto popular y aseguró el control del Senado y, a saber, también la Cámara de Diputados.
Trump arrasó y pronto regresará a la Casa Blanca gracias a su mensaje claro, que representa los valores judeocristianos de Occidente. Su propuesta incluye crear millones de empleos, eliminar el impuesto federal a la renta, reducir el Estado al mínimo necesario y aplicar aranceles de hasta el 200 % a productos importables que puedan producirse en suelo norteamericano. Además, tocó las fibras profundas de los padres y madres al anunciar que la religión volverá a las escuelas y que no se expondrá a los niños a la ideología de género en las aulas; erradicará lo “woke”, o neomarxismo, amén de proteger a la familia y al no nacido.
Donald Trump asumirá como el 47.º presidente de EE. UU., tras haber sido el 45.º, apoyado por figuras como Robert F. Kennedy Jr., Tulsi Gabbard y empresarios como Elon Musk, Peter Thiel y Joe Rogan. Para muchos, solo es el único capaz de arrancar la costra dirigente y purulenta del ala izquierda demócrata que ha ido alejándose de la población y acercándose más bien a círculos de sectas, fiestas de pedofilia, perversiones, consumo de drogas, entre otros; de hecho, al menos dos de las voceras de la falsa afroamericana Kamala Harris, como Jennifer López o Beyoncé, están vinculadas al exrapero P. Diddy, preso por una serie de abominables delitos sexuales. La misma Kamala Harris guarda una vieja amistad desde sus tiempos de estudiante en la Universidad de Howard.
Según una nota de The New York Times: “Quienes ven en Trump un profundo rechazo a las convenciones actuales de Washington tienen razón. Es como un ateo que desafía las enseñanzas de una iglesia: el desafío que plantea no reside tanto en lo que hace como en el hecho de que pone en tela de juicio las creencias sobre las que descansa la autoridad. Trump ha demostrado que las ortodoxias políticas de la nación están en bancarrota, y los líderes de todas las instituciones —privadas y públicas— que basan su autoridad en su fidelidad a tales ortodoxias son ahora vulnerables”.
La ‘brisita bolivariana’ en poco tiempo será arrasada por el ‘ventarrón gringo’. Con Trump como presidente de los Estados Unidos veremos a un líder que no dejará que nadie toque sus fichas ni prevea sus movidas.
De la boca de Kamala solo salía la palabra “aborto” como si eso fuera una plataforma programática. Se la pasó riéndose como una hiena, como si eso captase votantes. A todo esto, verdaderos representantes de la comunidad afroamericana le espetaban por hacerse pasar por negra; y menos autoridad tenía para hablar a nombre de descendientes de esclavizados, siendo su padre un jamaiquino de familia de terratenientes —que fue propietaria de tales— y su madre, Shyamala Gopalan, médica de la India.
¿Qué podía ofrecer la vicepresidenta que nada hizo?
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