Tributo al amigo que partió a la eternidad
Don Hernán Romero Berrío nació en el Callao, un 5 de junio de 1942, y transcurrió su infancia en una casona en el distrito de Barranco. Estudió en el Colegio Sagrados Corazones Recoleta y luego en el Colegio Militar Leoncio Prado. Posteriormente, cursó Derecho en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Sin embargo, su verdadera vocación fue el arte. Junto con Ricardo Blume fundó el Teatro de la Universidad Católica (TUC).
Estuvo casado con la actriz Martha Figueroa, con quien tuvo una hija, Patricia. En los años 90 se casó con la actriz Malena Elías, con quien tuvo otra hija, Ximena. Debutó en el teatro el 14 de diciembre de 1961 en su primer trabajo en el TUC. Participó en innumerables obras de teatro, radionovelas, fotonovelas y telenovelas. Su ingreso a la televisión fue en 1965. En los años 70 trabajó en Colombia, Venezuela y México, regresando a su patria a mediados de los 80.
En el teatro destacó en La Divina Sarah, de John Murrell, bajo la dirección de Ruth Escudero, compartiendo escena con Lucía Irurita. Esta obra se estrenó en abril de 2012, inaugurando la sala Teatro de Lucía en Miraflores.
Participó en telenovelas como Locura de amor (1967), Santa Rosa de Lima (1967), Si no fueras tú (1969), Simplemente María (1969-1971), El maestro (1969), El canillita (1969), El adorable profesor Aldao (1971), La inconquistable Viviana Hortiguera (1972), El diario de Pablo Marcos (1976), Volver a vivir (1978), Matrimonios y algo más (1983), Páginas de la vida (1984), El hombre que debe morir (1989), Calígula (1993), Gorrión (1994), Nino (1996), Escándalo (1997), Gabriela (1998), Cosas del amor (1998), Pobre diabla (2000) y Soledad (2001).
Además de actuar, Romero fue director de teatro y televisión. También dirigió y produjo documentales y comerciales. Con más de seis décadas de trayectoria, fue una figura emblemática de la actuación peruana. Falleció a los 83 años, dejando un profundo vacío en la cultura nacional.
Su hija Patricia Romero confirmó la noticia a través de redes sociales, donde expresó: “Han sido días durísimos en los que ha luchado como el guerrero que siempre fue”.
Romero deja una escuela de pasión, entrega y amor por el arte. Hasta siempre, querido amigo. A su familia, mis más sentidas condolencias.
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