Transparencia para la reelección

El debate sobre los reglamentos del Senado, la Cámara de Diputados y del Congreso, que actualmente está en curso, podría terminar en saco roto, porque el Congreso bicameral tendrá toda la autonomía para aprobar sus propias reglas de funcionamiento.
Algunos posiblemente piensen que, si este Parlamento modificó la Constitución para incorporar la bicameralidad, tiene todo el derecho de aprobar las reglas para las futuras Cámaras. Sin embargo, en mi opinión, eso no es correcto, ya que la autonomía constitucional del Parlamento consiste en administrarse y aprobar lo que considere pertinente. Quizás lo más recomendable hubiera sido que este Congreso apruebe las normas básicas bajo las cuales las futuras Cámaras inicien sus funciones, y nada más.
Con la discusión sobre los reglamentos del futuro Congreso bicameral, este Congreso se ha metido en un terreno que no le corresponde, como ha sido el tema de las remuneraciones de los congresistas homologadas a las de los vocales supremos.
Es cierto que la Constitución establece que los parlamentarios son los funcionarios de mayor jerarquía después del presidente de la República y que, por tanto, merecen una remuneración acorde con la responsabilidad que tienen. Sin embargo, nuestro Congreso no debería ser quien asuma un debate que solo le traerá mayor desgaste ante la opinión pública; la gran mayoría seguramente interpretará que esta homologación de remuneraciones con las de los vocales supremos beneficiará a los actuales congresistas, cuando eso no es así.
Estoy a favor de que los parlamentarios ganen bien y con sueldos atractivos, para que buenos técnicos con sensibilidad social se animen a postularse al Congreso. Pero esto también debe complementarse con requisitos de formación académica, de modo que quienes quieran ser parlamentarios sepan que, si desean postularse, deben contar con la preparación profesional necesaria para ejercer el cargo de congresista. Además, estos requisitos deben incluir aspectos meritocráticos relacionados con la formación en un partido político.
Por otro lado, es necesario establecer reglas de transparencia económica de los congresistas que buscarán la reelección, ya que con el sueldo que actualmente perciben, les será difícil afrontar los gastos de campaña. El Congreso debe elaborar una propuesta que impida el uso de recursos públicos en las campañas electorales y que garantice la transparencia respecto a los recursos externos que puedan recibir los congresistas de personas naturales o empresas. Para ello, debería coordinarse un trabajo conjunto con el Jurado Nacional de Elecciones.

Mira más contenidos en Facebook, X, Instagram, LinkedIn, YouTube, TikTok y en nuestros canales de difusión de WhatsApp y de Telegram para recibir las noticias del momento.