ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

¿Traición del empresariado?

Imagen
Fecha Publicación: 20/06/2024 - 23:00
Escucha esta nota

Con una economía lastrada por otra crisis socio-política-moral; agudizada por la inoperancia de un Estado secuestrado por la mafia caviar a través del chantaje que le impone un Ministerio Público cooptado por un sujeto llamado Gustavo Gorriti, digitado por el bucólico mundo de las oenegé –cabeza visible de aquella siniestra organización que hoy manda en el Perú sin haber sido electa por la ciudadanía–, nuestra nación deambula perdida, sin norte, en medio de una coyuntura preelectoral de pronóstico reservado. ¡Constitucionalmente, hoy resta sólo año y diez para la primera vuelta electoral de los comicios generales más complejos que recuerde nuestra historia!

Acontecimiento que contará con la participación de una veintena de “partidos políticos” –más parecidos a cotos electoreros– dispuestos a cualquier cosa, con tal de captar una mínima cuota de poder para seguir ahondando la crisis socio político-moral que nos embarga. Para nadie es ajeno que el objetivo de la izquierda, en las próximas mal llamadas elecciones democráticas, es llevar al Perú al enésimo infierno, parodiando a Dante Allighieri.

Sin embargo, toda esa gente que se dice pensante –y con un amplísimo nivel de recorrido, a través de los altos cargos directivos que ocupan dentro de la actividad privada (en algunos casos fungiendo de directivos de organizaciones gremiales)– no hace más que coquetear con la camorra caviar, presumiendo que sabrá “controlar” su desbocada voracidad por el poder. No señores. Actuando como lo hacen –pensando que de esa forma salvarán los muebles– no hacen otra cosa que cavar su propia tumba. De insistir en semejante tontería, las posibilidades de que el Perú salve de convertirse en espejo de Cuba o Venezuela serán cada hora más escasas.
Ahora, por ejemplo, las anteriormente sólidas, coherentes y pensantes “fuerzas vivas del país” son letra muerta para todos los efectos.

Progresivamente, los principales accionistas de aquellos grandes conglomerados empresariales han ido desapareciendo, resguardándose –hoy– en la comodidad de mejores espacios, que aquellos despachos desde donde orientaban al país con sus firmes iniciativas y/o respuestas a las usualmente impropias propuestas que lanzaba el poder político. Han olvidado, pues, que su papel sigue siendo la defensa de los intereses nacionales; que al final del día, será el resguardo de su propio patrimonio. ¡Sea por desidia, confort, temor o por lo que fuere de la dirigencia empresarial peruana, allí estriba una de las principales razones por las que nuestro país está muy mal enrumbado, y sus probabilidades de recuperación –porque las del éxito se alejan cada segundo más de nuestro horizonte– serán cada vez más escasas, de continuar las cosas como están! Sin ir muy lejos, los empresarios parecen estar embrujados por la cúpula caviar, que ha secuestrado tanto a la Fiscalía como el poder Judicial para, de allí, disparar a mansalva contra el Ejecutivo y Legislativo, hasta vacar a la presidenta Boluarte ¡Y así imponer a otro Sagasti para que el Perú caiga al siguiente infierno dantesco! ¡No señores de Confiep!

¡Basta de necedades y/o falta de coraje! ¡Acomodándose con esa camorra, están traicionando sus propios orígenes!

Mira más contenidos siguiéndonos en FacebookXInstagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.