Testimonio de una tragedia
Un amigo diplomático me reenvió un video en el cual una mujer iraní residente en Francia narra la trágica muerte de una compatriota suya en Teherán arrestada por la “Policía Moral” por no llevar correctamente el velo sobre su cabeza. Fue una víctima inocente, de 22 años, a quien se le culpó de una grave transgresión de la ley coránica en el atuendo femenino cuando se camina en las calles de dicho país. Su muerte, o más bien su asesinato a manos de la policía, ha desatado una ola de manifestaciones que el gobierno iraní reprime con feroz crueldad, siendo muy probable que haya originado más muertes entre la juventud iraní, tanto masculina como femenina.
Irán es un miembro fundador de las Naciones Unidas y en esencia desde 1945 ha tenido dos regímenes, la monarquía del Sha caído en 1979 por una revolución religiosa y la República islámica desde entonces. El Sha Mohammed Reza Pahlavi, depuesto y vuelto al trono en la primera mitad de la década del 50 del siglo XX con el apoyo de los Estados Unidos, lideró una dictadura militar de carácter reformista en lo que respecta a la condición de la mujer. Tuvo importantes aciertos en su programa económico y social pero en cuanto al estatus de las mujeres, a quienes empoderó y otorgó el voto, chocó con muchos sectores conservadores de la clerecía musulmana, particularmente con el liderado por el Ayatolá Ruholla Jomeni, primero desterrado a Iraq y luego a Francia.
Ese choque entre una visión moderna del rol de la mujer en la sociedad y la férrea oposición de ciertos ayatolás encabezados por Jomeini fue la causa de su caída y la instauración de una teocracia, en la que formalmente el Presidente de Irán es elegido por sufragio universal, pero la autoridad real reside en el poder religioso. Tal es la situación de Irán hoy día, cerca de 50 años después de la caída del Sha. Una dictadura modernista en cuanto al estatus de la mujer, fue reemplazada por un régimen de absoluta intolerancia religiosa, en el cual la mujer debe obedecer órdenes en los aspectos más nimios de su vestimenta para no ofender la moral islámica.
No cabe duda que el actual régimen teocrático iraní viola los derechos humanos más elementales tal como están consagrados en la Carta de las Naciones Unidas, pero ese aspecto tiene poca importancia frente a la inexorable realidad geopolítica en el Medio Oriente. Irán es una importante potencia militar en la región, que aspira a producir una bomba nuclear pero que fue impedida por un acuerdo con los Estados Unidos, denunciado por Trump y que el régimen iraní tampoco respeta. En estos momentos el duelo entre Estados Unidos e Irán está centrado en la producción o no producción de una bomba atómica. Por cierto que los vecinos árabes de Irán prefieren que no la tenga. Israel por su lado es el primer enemigo en la región de ese desarrollo nuclear que amenaza su existencia. En ese duelo, ¿cuál es la posición de las mujeres en Irán? La mujer como víctima de siempre o la chispa de un cambio que ponga fin a la teocracia iraní. El tiempo lo dirá, quizás más temprano que tarde.
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