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#TerrorismoNuncaMás

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Fecha Publicación: 30/05/2021 - 21:00
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Todos los peruanos condenamos y rechazamos el reciente sanguinario ataque terrorista de la organización criminal Sendero Luminoso perpetrado el pasado domingo 23 de mayo en el centro poblado San Miguel del Ene, en distrito de Vizcatán el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem). De acuerdo al comunicado oficial del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (CCFFAA), son 16 peruanos fallecidos, entre ellos cuatro menores de edad (https://tinyurl.com/c5sdrm8). No hay duda de que este es un atentado terrorista, realizado por los remanentes de Sendero Luminoso que operan en el Vraem, aliados con bandas de narcotraficantes. Este hecho nos debe llevar a la reflexión en torno a la violencia terrorista que asoló al Perú en las décadas del ochenta y noventa. El mes pasado, y en esta misma columna, en un artículo titulado “Desmitificando el terrorismo desde la sociología histórica” señalaba que “uno de los axiomas fundamentales de la sociología histórica es que hay que conocer el pasado para no repetir en el presente los errores de antaño, errores que en realidad fueron horrores, cuando pensamos en el Perú y el tremendo daño material, moral y económico que ocasionó la demencia e insania del terrorismo durante las décadas del ochenta y noventa a manos de Sendero Luminoso y el MRTA”. Sin embargo, vemos con sorpresa que hay quienes quieren manipular estos hechos, atribuyendo el atentado a una maniobra para beneficiar al fujimorismo, lo cual es una afirmación falsa e irresponsable. El periodista Francisco Ugarteche en su artículo “Mareando la perdiz” (https://tinyurl.com/2s4p29hn) ha señalado que: “Los rojos se resisten aceptar que los autores de tan cobarde crimen colectivo fueron senderistas, marxistas, leninistas, maoístas y buscan encontrar variantes y diferencias entre los terroristas que dominan el Vraem, con intención de exculpar a los autores intelectuales, los Quispe Palomino, socios de Vladimir Cerrón en obras del gobierno regional de Junín, patrocinadores de la candidatura de Pedro Castillo. Tampoco tiene sentido alegar que se trató de narcotraficantes, que no son de Sendero, cuando sobrevivientes de la masacre identifican al camarada ‘Carlos’ o ‘Darío’ como el cabecilla del pelotón que perpetró el atentado terrorista”. Ahora, cuando el “fantasma del terror” reaparece en ideologías radicales maquilladas y camuflado bajo el eufemismo de “lucha social”, nuestra obligación es señalar quién es Abimael Guzmán, conocido como “Camarada Gonzalo”, cabecilla de Sendero Luminoso. En su informe final, la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) atribuye a SL ser causante de la mayor cantidad de crímenes y masacres durante el periodo de violencia terrorista en el Perú (https://www.cverdad.org.pe/ifinal/).
El informe es contundente y no quedan dudas: “La CVR estima que la cifra más probable de víctimas fatales de la violencia es de 69,280 personas. Para la CVR, el Partido Comunista del Perú PCP-SL fue el principal perpetrador de crímenes y violaciones de los derechos humanos tomando como medida de ello la cantidad de personas muertas y desaparecidas. Fue responsable del 54 por ciento de las víctimas fatales reportadas a la CVR”.
Hoy más que nunca, decimos: ¡Terrorismo nunca más!
(*) Escritor y sociólogo. Presidente de IPJ y director de Editorial Río Negro. 

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